Estimados amigos: Este año se conmemoran muchas efemérides. Las hay buenas, como las hay malas. El primer lugar entre las que nos alegran, el centenario de las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima; que en realidad se celebran cada mes, de mayo a octubre. Entre las que debemos lamentar, el centenario de la revolución bolchevique en Rusia y el 5° centenario de la rebelión de Lutero. Pero existe otra conmemoración que, particularmente los peruanos, no debemos dejar pasar inadvertida: el 4º centenario de la muerte y gloria de santa Rosa de Lima. Isabel Flores de Oliva, nombre de bautismo de nuestra santa, nació en Lima el 20 de abril de 1586. Desde muy niña se consagró como esclava a la Santísima Virgen. Llevó una vida ejemplar dedicada a la oración, al trabajo y a la penitencia. Bordaba maravillosamente y escaló las cúspides de la vida espiritual. No fue monja de claustro, sino terciaria dominica. Dios le concedió numerosos privilegios; entre otros, hablaba familiarmente con Nuestro Señor a quien desposó místicamente. Murió en Lima, el 24 de agosto de 1617. Su entierro fue multitudinario… y su fama de santidad aún mayor. El 2 de abril de 1671, el Papa Clemente X la convirtió en la primera persona oriunda del continente americano en ser elevada a los altares. Santa Rosa de Lima es Patrona del Perú, del Nuevo Mundo y de las Filipinas. En las últimas décadas, enemigos de la Iglesia han pretendido mancillar su noble figura; pero no han conseguido más que engrandecerla. Historiadores modernos la han reivindicado. 400 años después de su muerte, ¿no es acaso una locura que un joven crea en Dios, practique la castidad y se oponga a la ideología de género? Agradezcamos a santa Rosa de Lima por su constante protección, tantas veces demostrada, sobre cada uno de nosotros, sobre nuestras familias y sobre nuestra querida patria. En Jesús y María, El Director
|
Santa Rosa de Lima IV Centenario de su gloriosa muerte |
Un protagonista de la vida de la Iglesia Ha fallecido un protagonista de la vida de la Iglesia, a caballo entre dos siglos y dos milenios... | |
Conclusión: “¡Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará!” bien algunos de los castigos anunciados en Fátima ya se han cumplido, otros aún están por venir. Sin embargo, por dolorosa y sombría que sea dicha perspectiva, no debe desanimarnos, ya que también estamos animados por la confianza en la victoria... | |
Legitimidad y liderazgo En el centro de esta pintura está el emperador Francisco I de Austria (1768-1835). Con un uniforme de color claro, lleva puesto un bicornio con una pluma verde, su rostro alargado parece de marfil... | |
Amor o instinto maternal La más importante de las cualidades que hemos de suscitar en el niño es la confianza... | |
Para qué fuimos creados El cuerpo me dice qué soy, pero no quién soy. El quién es propio del alma. El cuerpo me dice que estoy hecho de carbono, oxígeno, nitrógeno, calcio, hierro, etc. Pero la personalidad, la simpatía, la cordialidad, la amabilidad, la sinceridad, el orgullo, la soberbia, la mentira, el odio, la venganza, son defectos y virtudes espirituales... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino