Plinio Corrêa de Oliveira
La fiesta de la Santa Navidad tiene el privilegio —al menos es la impresión personal que tengo— de interrumpir el tiempo. Una persona puede estar en la peor situación aflictiva; al llegar la Navidad, se abre como que un paredón y las desgracias quedan del otro lado. ¡Repican las campanas, la Navidad comenzó! ¡Cristo nació: alegría para todos los hombres! Una alegría que no es la alegría vulgar del hombre que hizo un buen negocio, que venció una jugada política o se ganó la lotería. No. Es una alegría mucho más interna, mucho más leve, toda hecha de luz. Mientras que las otras alegrías están hechas de cosas palpables y de segundo orden, la alegría propia de la Navidad es toda hecha de luz — es el Lumen Christi, la luz de Nuestro Señor Jesucristo que brilló en la tierra la noche de Navidad. Luz que nunca más, año tras año, dejó de brillar, trayendo una verdadera alegría, una verdadera paz de alma hasta para las personas más atormentadas. En la época de mi infancia, la noche de Navidad era un paréntesis luminoso, lleno de algo que no se consigue describir, pero que todos sentían: era aquella suavidad, aquella paz, aquella dulzura que daba la impresión de que todo el cielo estrellado de la noche estaba como que impregnando la tierra de perfumes. Las campanas tocaban, el sonido se difundía y el júbilo impregnaba hasta los jardines. ¡Era una alegría enorme que circundaba a todos los hombres, porque Cristo nació, nació en Belén!
|
En las tinieblas del mundo pagano,cuando menos se pensaba y donde menos se esperaba, una luz muy pura se encendió |
Ambiente terreno que produce inapetencia de las cosas del Cielo Todos los recursos de la propaganda luminosa son utilizados para deslumbrar al transeúnte, atraer su atención hacia todas partes, excitarlo de las más diversas maneras, para finalmente convencerlo de que compre algo que normalmente no compraría... | |
Confort físico - Bienestar moral Comparar es uno de los mejores medios de analizar. Si queremos pues analizar nuestra época, es legítimo que la comparemos. ¿Y con qué? Con el futuro, todavía incógnito, es imposible... | |
“Si vis pacem, para bellum” Cuando contemplamos aquellos altaneros castillos de la Edad Media —erguidos en las fronteras del Imperio Carolingio, en las márgenes del Rin o del Danubio, o en las rutas que las tropas del gran emperador seguían, para impedir el avance de los moros, dentro de la propia España— tengo la impresión de que esos castillos ¡aún palpitan con la batalla!... | |
Continuidad de las tradiciones Definir la palabra ambiente en el sentido que se da en esta sección, considera las afinidades que Dios estableció entre ciertas formas, sabores, colores y sonidos con ciertos estados de alma del hombre... | |
El carruaje Todo en él fue estudiado en función del pasajero. En primer lugar, considérese la parte práctica: las ruedas y los muelles para que, en los caminos de aquel tiempo, el carruaje se moviera sin ser sacudido... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino