(Salve Regina) Algunos atribuyen esta maravillosa oración a Ademar de Monteil (+1098), obispo de Le Puy. Pero su verdadero autor es Hermann Contractus (+1054), un monje benedictino del convento de Reichenau en el lago de Constanza. Ciertamente, la admirable melodía de la Salve Regina también le pertenece. Ya los primeros cruzados la cantaron en 1099, prueba de que era conocida por el pueblo. En los siglos XII y XIII se extendió la costumbre de cantarla inmediatamente después de las Completas, la oración al final del día. Los cistercienses también la cantaban desde 1218 y los dominicos desde 1226. En 1239, el Papa Gregorio IX introdujo este canto en las iglesias de Roma. Los monjes, con las velas encendidas, se dirigían en procesión hacia un altar lateral y allí entonaban el himno. Al principio, el himno decía: Salve, Reina de misericordia. En el siglo XVI se introdujo la palabra Madre. Desde entonces se lee en el Breviario Romano: Salve, Reina y Madre de misericordia. Las palabras finales de la Salve Regina —“Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María”— añadidas en 1146 se atribuyen a san Bernardo de Claraval con motivo de un éxtasis que experimentó en la catedral de Espira (Alemania).
|
Las glorias de María Explicación de la Salve Regina |
|
El papel decisivo de la institución familiar en la economía Hoy, más que nunca, se habla intensamente de economía, lo que deja a muchos preocupados, no solo por la gravedad de la situación económica actual, sino también sobre las concepciones marxistas de la economía... |
|
¿Es pecado mortal leer el Corán y otros libros islámicos? En el pasado, la Iglesia ejercía esta vigilancia al establecer un Índice de Libros Prohibidos, que los fieles no podían leer sin cometer pecado mortal; o incluso, en algunos casos, incurrir en excomunión... |
|
España al borde del abismo: ¿una nueva Sodoma y Gomorra? La aprobación del llamado “matrimonio” homosexual en España constituye una gravísima ofensa a Dios, máxime dadas las actitudes de miembros del Gobierno, de ostentoso desprecio por las censuras de S. S. Juan Pablo II a ese propósito, poco antes de fallecer... |
|
La Primera Comunión de Lucía María Rosa, madre de la hermana Lucía, era la catequista de la aldea. Los niños acostumbraban reunirse en su casa para aprender la lección... |
|
La dignidad sacerdotal La dignidad del sacerdote es tal, que, según la expresión de san Agustín,* el Hijo de Dios encarna en sus manos como en otro seno de la Virgen... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino