Sin el equilibrio de la doctrina católica, los problemas del universo se vuelven insolubles Plinio Corrêa de Oliveira Mirando un par de pavos reales, pensé lo siguiente: estas aves, tan superiores al hombre por algún aspecto, pero tan inferiores por todos los demás, sugieren que hagamos esta comparación. Lo que se debe, no cabe duda, a que hay pocos seres humanos tan elegantes como ellos. Si Nuestro Señor Jesucristo dijo que Salomón, en toda su gloria, no se vistió como los lirios de los campos, podemos decir que nadie, en el apogeo de su gloria, se vistió como un pavo real. En este sentido, Luis XIV, con todo su esplendor, no se compara con un pavo real. De ahí la impresión de una misteriosa superioridad de este ser tan inferior. No son apenas las plumas, sino las actitudes. Se diría que cada pavo real es un archiduque de la Casa de Austria. Tiene unas miradas, tiene un estilo, tiene una manera de mostrarse indiferente a las demás cosas y de pasar por encima de todo; tiene arrogancias, tiene insolencias y tiene una naturalidad dentro de la distinción, que es algo soberbio. Pero, por otro lado, prestando atención a su mirada, uno se da cuenta de que es perfectamente necio, no coordina nada, no percibe nada. Son animales perfectamente tontos, que repiten las mismas cosas de generación en generación, instintivamente; y, al pie de la letra, ¡no ven más allá de sus narices! Sin embargo, todos sus actos están proporcionados a su naturaleza. No hacen nada que no esté de acuerdo con la ley natural a la que están sujetos. Es decir, están perfectamente organizados y no necesitan de ascesis, porque les apetece hacer lo que corresponde a su naturaleza. De modo que no necesitan dominarse a sí mismos, ni exámenes de conciencia, ni mortificación de las miradas, ni penitencia. Solo tienen deseos de hacer lo que deben hacer. Funcionan a la perfección. * * * Así, es natural que un hombre que tenga algo de sentido de la reflexión se pregunte lo siguiente: en este universo tan desordenado, ¿cómo es posible que yo, un ser inteligente, que hago parte de la especie humana, acabe medio avergonzado ante el ejemplo de este pavo real? A causa de mi desorden interior, apetezco cosas que mi naturaleza prohíbe, rechazo cosas que mi naturaleza exige; mi razón me indica una conducta y mi sensibilidad camina, como un huracán, en dirección contraria. Además de requerir el auxilio sobrenatural, me veo obligado a librar una lucha titánica para que mi conducta sea la que debe ser. En cambio, ahí está, el buen orden intrínseco de este pavo real. ¿Cómo explicar algo así? Una reflexión se impone y nos conduce, naturalmente, a la siguiente alternativa: O acepto la doctrina católica sobre el pecado original y, entonces, todo se esclarece perfectamente; o, la niego y me enfrento a lo inexplicable. Si uno decide no aceptar la doctrina católica —y, en consecuencia, guardar odio al pavo real—, ¡se tendrá un odio mucho mayor al hombre virtuoso, que hace el sacrificio que uno no quiere hacer!
|
![]() Santo Toribio de Mogrovejo Gloria de la Iglesia y del Perú |
![]() |
El don de la filiación divina La verdad de la filiación divina en Cristo, que es intrínsecamente sobrenatural, es la síntesis de toda la revelación divina. La filiación divina es siempre un don gratuito de la gracia, el don más sublime de Dios para la humanidad... |
![]() |
Refinamiento y especialidad de la culinaria francesa En Francia se realizan a cada momento congresos, conferencias, encuentros, exposiciones culinarias. Libros y artículos sobre este tema vienen a luz continuamente. La mesa está en el centro de la cultura del país... |
![]() |
Madonna della Strada sta es la pintura de la Santísima Virgen conocida como Madonna della Strada (Nuestra Señora del Camino), ubicada en una capilla entre el altar de San Ignacio y el altar mayor de la iglesia de Il Gesù... |
![]() |
¿Es pecado mortal leer el Corán y otros libros islámicos? En el pasado, la Iglesia ejercía esta vigilancia al establecer un Índice de Libros Prohibidos, que los fieles no podían leer sin cometer pecado mortal; o incluso, en algunos casos, incurrir en excomunión... |
![]() |
El Velo de la Verónica Una consulta que me formularon al respecto, despertó en mí una antigua curiosidad: ¿dónde está el Velo de la Verónica? ¿Se habrá salvado de las tempestades de la historia? Si está en algún lugar, ¿por qué no se habla de él?... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino