Ambientes Costumbres Civilizaciones Vitrales de la catedral de Chartres

Plinio Corrêa de Oliveira

Estas fotografías de los famosos vitrales de la catedral gótica de Chartres, en Francia, contienen una magnífica enseñanza.

El espíritu de la Iglesia es el espíritu de Dios: sabe unir lo práctico a lo bello. De tal manera que, al ver una obra de arte, se nota que en ella se utiliza lo práctico casi sin pensar en él, y se admira lo bello como si sólo él existiese. El objetivo de lo práctico es servir al cuerpo del hombre sin incomodar al alma; la finalidad de lo bello es encantar al alma y elevarla hasta Dios.

El vitral, además de bello es funcional, pues a través suyo penetra la luz en el edificio. La variedad de estos vitrales es inimaginable. En uno de ellos se ven algunos reyes santos. En otro a la Santísima Virgen que resplandece con el Niño Jesús. ¡Pero qué encajes! ¡Qué joyas hechas de vidrio! ¡Qué esplendor!

Cada fragmento de un vitral de estos constituye una piedra preciosa. Función práctica: iluminación. Función espiritual: presentar la belleza; pero con la belleza la verdad: la suma verdad, la Revelación divina que Nuestro Señor Jesucristo y el Espíritu Santo trajeron a la tierra.

¡Qué variedad de formas, de colores, qué esplendor de luces! Todo es tan rico, que no vale la pena detallarlo. Incluso porque, si es verdad que cada fragmento del vitral es bello, el conjunto es tan hermoso, que el alma no tiene muchos deseos de entrar en pormenores.

El libro del Génesis narra que Dios, tras crear el universo, descansó considerando su obra, y dijo que cada cosa era buena, pero que el conjunto era óptimo. A respecto de los vitrales de Chartres se podría decir, parafraseando al Creador, que cada parte es buena y bella, pero que el conjunto es bellísimo. Se tienen deseos de mirar solo hacia el conjunto.

Magnífica analogía entre la belleza de la creación divina y la obra de arte humana, a la que Dante calificó como “nieta de Dios”.

De una Gloriosa Tradición al Espíritu de Cruzada Palabras del Director Nº 195 - Marzo de 2018 – Año XVII
Palabras del Director Nº 195 - Marzo de 2018 – Año XVII
De una Gloriosa Tradición al Espíritu de Cruzada



Tesoros de la Fe N°195 marzo 2018


Semana Santa Passio Domini nostri Jesu Christi
Marzo de 2018 – Año XVII Grandeza, mansedumbre e intransigencia Múltiples y maravillosos atributos de nuestro Divino Salvador La esencial catolicidad del Perú: De una Gloriosa Tradición al Espíritu de Cruzada* Vitrales de la catedral de Chartres



 Artículos relacionados
Cheverny: Lo maravilloso del equilibrio Considero que el panorama que se observa en esta ilustración es de gran categoría. Se trata del castillo de Cheverny, de estilo renacentista y clásico, situado en el valle del Loira, en Francia...

Leer artículo

San Pablo Miki y compañeros mártires En el siglo XVI una revolución había dividido el Japón en 66 principados o reinos independientes. Aquella descentralización fue el momento propicio para la implantación del cristianismo...

Leer artículo

Mahoma sedujo a los pueblos prometiéndoles los deleites carnales Siguieron, en cambio, un camino contrario [al de los Apóstoles] los fundadores de falsas sectas. Así sucede con Mahoma, que sedujo a los pueblos prometiéndoles los deleites carnales, a cuyo deseo los incita la misma concupiscencia...

Leer artículo

La Revolución Francesa El odio a todas las desigualdades llevó a una minoría revolucionaria al terror sanguinario de la Revolución Francesa. El mismo proceso revolucionario prosigue hoy en todo el mundo, y el conocimiento de esta revolución paradigmática nos ayuda a enfrentarlo con eficacia...

Leer artículo

San Cipriano de Cartago No disponemos de mayor información sobre los primeros años y la juventud de san Cipriano (Thascius Caecilius Cyprianus). Nacido hacia el año 210 en Cartago, metrópoli romana del norte de África, fue profesor de retórica antes de su conversión. Célebre orador y polemista, poseía una fortuna considerable y fue sin duda senador en su ciudad...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino