Tranquilidad sobrenatural y oración a los pies del Niño Dios Plinio Corrêa de Oliveira LOS REYES MAGOS, de acuerdo con la tradición, vinieron de Oriente trayendo sus regalos para el Niño Jesús. Atrás de la Santísima Virgen aparecen un ángel, San José, santos y otras personas del Templo que el autor quiso representar. O tal vez sean personas que algún día en el futuro habrían de contemplar tal escena en espíritu y en oración. Llama la atención lo siguiente: uno de los reyes está adorando al Niño Jesús y besando sus pies. Los dos otros monarcas están tranquilos, complacidos en oración frente a la Virgen María y el Niño Dios, viendo a su compañero de viaje, a su hermano en la realeza, adorar al Divino Infante. Y están contentos con todo lo que ocurre, aguardando su turno. Pero sin impaciencia, con la tranquilidad y la serenidad medieval, que expresaba bien la presencia de Dios, el espíritu y la gracia divina en el alma de esos personajes. Inmediatamente detrás de los dos reyes, se nota a un hombre que está frenando o subyugando al camello, a fin de que este no cree problemas. Este individuo es un animalis homo, sin nada de sobrenatural, de tranquilo y de sereno. Es un hombre bruto, agitado y prestando atención a todo, de nariz puntiaguda, de ojos saltados y mandón. Está bien a la altura de un camellero.
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San Ildefonso de Toledo Paladín de la Virginidad de la Madre de Dios |
¿En nombre de quién mandó Jesús a bautizar? Si Jesús ordenó a los apóstoles bautizar a las personas que deseaban convertirse al cristianismo usando las palabras “en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, ¿por qué entonces ellos las bautizan en nombre de Jesús, conforme el libro de los Hechos?... | |
El don de la filiación divina La verdad de la filiación divina en Cristo, que es intrínsecamente sobrenatural, es la síntesis de toda la revelación divina. La filiación divina es siempre un don gratuito de la gracia, el don más sublime de Dios para la humanidad... | |
Un pecado que desagrada a los mismos demonios Desgraciados… como ciegos y tontos, ofuscada la luz de su entendimiento, no reconocen la pestilencia y miseria en que se encuentran, pues no solo me es pestilente a mí, sino que ese pecado desagrada a los mismos demonios, a los que esos desgraciados han hecho sus señores... | |
Una de las más bellas miradas Hay mucha distinción en el rostro de la santa carmelita y en el conjunto de su cuerpo. Un rostro plácido, tranquilo y sereno... | |
El demonio: el gran mentiroso El influjo nefasto del demonio y de sus secuaces es habitualmente ejercitado a través del engaño, la mentira y la confusión... |
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