Estimados amigos: Entre las admirables prerrogativas con que Dios adornó a su Santísima Madre sobresale el de su virginidad. Desde tiempos inmemoriales hubo en la Iglesia varones apostólicos que la exaltaron. La creencia constante es que María fue virgen antes, durante y después del parto. Pero fue en el siglo VII, al calor de las discusiones teológicas, que la Providencia suscitó al más grande de sus panegiristas: San Ildefonso de Toledo, de quien se ocupa en esta edición la sección Vidas de Santos. La virginidad de María ha sido para los fieles devotos de todos los siglos uno de sus grandes privilegios. Por eso es que la designamos como “Virgen María“, “Santa Virgen” o “Santísima Virgen”, con familiaridad y ternura la llamamos “Virgencita”, o para referirnos a Ella, simple y llanamente decimos: “La Virgen”. Al respecto, nos ilustra Emile Neubert SM, en su magistral obra “María en el Dogma”: “En una de las más populares plegarias a María, las letanías lauretanas, más de la cuarta parte de las invocaciones recuerdan su pureza virginal, y esta es pureza celebrada a porfía en los cánticos más dulces: ‘Inviolata, integra et casta es Maria’. “María no solamente es virgen, es la Virgen de todas las vírgenes. Ya antes de la concepción de Jesús, su virginidad era incomparablemente superior a cualquier otra virginidad. A partir de la Encarnación, ella fue una virginidad absolutamente única: una virginidad milagrosa, una virginidad fecunda y fecunda en Dios. “Por amor a la pureza virginal, María había renunciado a los goces de la maternidad. Pues bien, a causa misma de esta virginidad, Ella conoció los goces de una maternidad que debía superar infinitamente a toda otra maternidad: Virgen, Ella fue Madre de Dios y Madre de una innumerable multitud de hijos de Dios”. En Jesús y María, El Director
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San Ildefonso de Toledo Paladín de la Virginidad de la Madre de Dios |
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Del amor eterno de Dios hacia nosotros A partir de esta edición publicaremos una serie de trechos seleccionados, extraídos del libro «Pensamientos Consoladores de San Francisco de Sales» —Doctor de la Iglesia y Patrono de los periodistas católicos; uno de los autores ideales para elevar las almas a la perfección espiritual— recopilados... |
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Los verdaderos amigos del pueblo Además, como en el conflicto de intereses, y especialmente en la lucha con las fuerzas de los malos, ni la virtud ni aún la santidad bastan siempre para asegurar al hombre el pan de cada día, y como el rodaje social debe ordenarse de suerte que con su juego natural... |
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Las sandalias de Jesús analizadas por un profesor de genética NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO usaba sandalias, según la costumbre de los judíos en Palestina. El Evangelio de San Lucas reproduce las siguientes palabras de San Juan Bautista:'Juan les respondió dirigiéndose a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo... |
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¿Puede un obispo o sacerdote prohibir la comunión en la boca? El Concilio de Trento declaró que la costumbre del sacerdote celebrante de comulgar con sus propias manos, y después distribuir la hostia a los fieles, es una tradición apostólica (ses. 13, c. 8)... |
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Santa Brígida de Irlanda Aunque Santa Brígida haya vivido en el siglo V, existen sobre ella varias biografías. La más antigua es la que San Ultan, obispo abad de Ardbraccan, escribió para su discípulo San Brogan Cloen de Rostuirc, fallecido el año 650.1 San Donato, que vivió en el siglo IX en Irlanda, se refiere también a otra biografía escrita por San Aileran (siglo VII). Contamos, pues, con la vida de Santa Brígida escrita por otros santos... |
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