¡Pobre juventud que crece raquítica y miserable de cuerpo y de espíritu, sin ideas y sin valor, que no conoce más paseo que el corso [la principal calle de la ciudad], más horizontes que los de su balcón, ni más espectáculos de la naturaleza que los que describen sus libros!¡Pobre juventud, sin conciencia ni dignidad que se ocupa de modas, de novelas, de teatros y de galas, y no se ha puesto nunca en los precipicios ni tocado la cima de una montaña! En verdad que en estos contactos con la naturaleza sentimos la cercanía de Dios y contemplamos sus maravillas, nuestra mente se capacita más para lo bello y lo bueno, cobra fuerza y dignidad y prevé sus altos destinos. Felices aquellos que frecuentan esta escuela robusta y eficaz. Dadme un muchacho que crezca adherido, como la yedra, a las faldas de la madre, desprovisto de individualidad y de iniciativa, lleno de cobardes miedos, para convertirse en un cobarde libertino. Dadme a ese muchacho para que yo lo lleve por nuestros Alpes y aprenda a vencer en aquellos obstáculos de la naturaleza las futuras dificultades de la vida, aprenda a gozar del sol naciente contemplado desde un pico de la montaña, del sol poniente que incendia las vastas nieves y de la luna que ilumina el desierto valle; que huela la flor que crece al empezar las nieves perpetuas y se regocije con tanta sonrisa de cielo entre los horrores de los precipicios. Ese muchacho volverá convertido en hombre y su conciencia moral no habrá sufrido ninguna pérdida.
Contardo Ferrini (Milán, 4 de abril de 1859 - Suna, 17 de octubre de 1902), beatificado por S.S. Pío XII en 1947, es un magnífico ejemplo de jurista católico. “Pionero” del laicado consagrado, gran opositor del positivismo, fue profesor de Derecho Romano en las universidades de Mesina, Módena y Pavía. Apud Mons. Leopoldo Ruiz y Flores, arzobispo de Michoacán, Vida de Contardo Ferrini, Editorial Difusión, Buenos Aires, 1943, p. 183-184.
|
Oh Virgen de la Guardia Guarda nuestra fe y la inocencia de los niños |
|
“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” – II Después de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo al cielo, Pedro continúa teniendo la principal función en la Iglesia naciente... |
|
Importancia de la Familia No hay tema más candente y actual, pero al mismo tiempo más delicado y difícil, que el del matrimonio y la familia, porque de este depende en gran parte la felicidad del hombre... |
|
El Cruzado El primer aspecto que llama la atención en la escultura del hombre que figura en esta página es la forma en que está de pie. Tal escultura bien podría representar al cruzado en el apogeo de la Edad Media... |
|
Abuso de la Misericordia Divina Dice San Agustín que de dos maneras engaña el demonio a los cristianos; a saber: desesperando y esperando. Después que el hombre ha cometido muchos pecados, el enemigo le incita a desconfiar de la misericordia de Dios, haciéndole ver el rigor de la justicia divina... |
|
Objeciones de una revista luterana contra la Iglesia Los protestantes (luteranos) afirman, en su revista, que en la época de Lutero la Iglesia vendía lugares en el cielo a los más ricos... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino