«Ojos claros, serenos, que vuestro Apóstol Pedro han ofendido, mirad y reparad lo que he perdido. Si atado fuertemente, queréis sufrir por mí y ser azotado, no me miréis airado, porque no parezcáis menos clemente. Pues lloro amargamente, volved ojos serenos, y pues morís por mí, miradme al menos» (Francisco Guerrero, 1528-1599).
|
Y Jesús miró a San Pedro… |
Una invitación al amor Por ocasión de la Semana Santa entregamos a la consideración de nuestros lectores una gran y suprema verdad, cuyo recuerdo debe iluminar todas las meditaciones que los buenos católicos hagan sobre el tema... | |
Nuestra Señora de la Piedad ¡Nuestra Señora de la Piedad! Así es que el pueblo fiel invoca a Nuestra Señora cuando la contempla sentada, con el cadáver divino del Hijo en sus brazos. Piedad, porque toda Ella no es sino compasión. Compasión del Hijo…... | |
Cristo murió y resucitó La Santa Iglesia se sirve de las alegrías vibrantes y castísimas de la Pascua para hacer brillar ante nuestros ojos —hasta en las tristezas de la situación contemporánea— la certeza triunfal de que Dios es el supremo Señor de todas las cosas; de que Cristo es el Rey... | |
La tristeza santa del Divino Crucificado Lo que más impresiona en esta obra de arte es el dolor y la tristeza del divino Crucificado. Contribuyeron para causar ese dolor los malos tratos infligidos por los verdugos que, sin torpe ayuda de carácter preternatural, no habrían sido capaces de llevar la crueldad a tal punto... | |
Reflexiones durante la Semana Santa La Pasión de Cristo en nuestros días Si perseguir a la Iglesia es perseguir a Jesucristo, y si hoy también la Iglesia es perseguida, hoy Cristo es perseguido. La Pasión de Cristo se repite de algún modo también en nuestros días. ¿Y nosotros? ¿Permaneceremos indiferentes? ¿Y dormiremos como los Apóstoles en el Huerto de los Olivos?... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino