Ambientes Costumbres Civilizaciones “Jerusalén, Jerusalén…”

Plinio Corrêa de Oliveira



Una concepción antiigualitaria del universo nos muestra como éste es una verdadera corte llena de nobles desiguales: unos son más nobles porque tienen más nobleza en su ser y otros son menos nobles porque tienen menos nobleza en su ser.

Alguien me dirá: “Pero deme un ejemplo”. Le doy pues un ejemplo fácil: el pavo real y la gallina. Hay en el pavo real una nobleza evidentísima: al desplegar su abanico, en la belleza admirable de su plumaje, en la hermosura de las plumas azul verdoso tornasoladas de su cuello…

En el pavo real todo es grande menos la cabeza; pero ésta forma el centro pequeño y vivo que da movimiento a todo el resto, en cuanto le cabe a un ser sin razón. Su modo de moverse es el modo de una reina. Anda con aire noble, calmo, no se asusta con nada. Cuando corre, corre con cierta dignidad; cuando se detiene, no lo hace jadeante.


En cambio, la gallina es una miseria como falta de nobleza. Ridícula su forma de correr, ridículo su modo de cacarear, ella corre de manera despavorida; a los gusanos repelentes que encuentra por el suelo, los devora con gula; su contentamiento es un contentamiento glotón.

La gallina sólo tiene un lado noble: es el amor materno con que defiende, hasta con riesgo de vida, a cualquiera de sus pollitos. Bajo este aspecto el propio Hombre-Dios se dignó compararse a ella cuando dijo: “¡Jerusalén, Jerusalén… cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste!” (Lc. 13, 34).

*     *     *

Es verdad que la gallina y el pavo real son seres irracionales, no tienen inteligencia. No tienen, por lo tanto, nobleza en el verdadero sentido de la palabra, sino en sentido analógico.     



¿Cómo se desencadenará el castigo previsto en Fátima? Palabras del director Nº 109 - Enero 2011 - Año X
Palabras del director Nº 109 - Enero 2011 - Año X
¿Cómo se desencadenará el castigo previsto en Fátima?



Tesoros de la Fe N°109 enero 2011


El barroco peruano
Nº 109 - Enero 2011 - Año X La Doctrina Católica condena la pornografía La cárcel de San Pedro y el triunfo de la Iglesia El barroco peruano La verdadera caridad San Raimundo de Peñafort ¿Cómo se desencadenará el castigo previsto en Fátima? “Jerusalén, Jerusalén…”



 Artículos relacionados
Cuando los hombres y las cosas del comercio vivían en la placidez La superexcitación de los ambientes corresponde a la de los hombres, como el efecto a su causa. Todos conocemos ese tipo de businessman que mastica chicle, quizá se muerde las uñas, golpea con los pies en el suelo, es hipertenso, cardíaco, neurótico...

Leer artículo

El Príncipe de la Paz El mundo católico, y con él, todos los pueblos de la tierra se vuelven el día 25 de diciembre hacia el pesebre de Belén, a fin de adorar, lleno de fe, al Niño que ahí reposa, o admirar un acontecimiento cuya explicación se busca en vano en las leyes que rigen los acontecimientos humanos…...

Leer artículo

Sociedad orgánica y urbanismo Cómo esta plaza, tan pintoresca y humana, tan distinguida pero en la cual conviven armónicamente las clases diversas, tan típicamente sacral por la irradiación que en ella ejerce la presencia del pequeño templo, diverge de ciertas inmensas plazas modernas…...

Leer artículo

“Si vis pacem, para bellum” Cuando contemplamos aquellos altaneros castillos de la Edad Media —erguidos en las fronteras del Imperio Carolingio, en las márgenes del Rin o del Danubio, o en las rutas que las tropas del gran emperador seguían, para impedir el avance de los moros, dentro de la propia España— tengo la impresión de que esos castillos ¡aún palpitan con la batalla!...

Leer artículo

Museos: ¿osarios de la cultura? ¿QUIÉN NO SINTIÓ aún la frustración típica que asalta al hombre después de la visita a un gran museo? A lo largo de las salas y de las galerías en que las rarezas y las obras maestras están expuestas, el alma se va dilatando y enriqueciendo por la contemplación de mil maravillas...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino