Plinio Corrêa de Oliveira Dios desea que vivamos rodeados de maravillas, y que nos maravillemos con todo lo que es bello. El alma revolucionaria tiene aversión a lo maravilloso y aprecia apenas las cosas sensuales. A tal punto, que el revolucionario procura afear las cosas maravillosas que el pasado nos dejó. Por ejemplo, la pirámide de vidrio instalada en el patio principal del Palacio del Louvre, el más notable museo de París. Encomendada por el presidente socialista François Mitterrand, la hedionda pirámide afea uno de los más bellos golpes de vista que existe en el mundo, que es el patio del Louvre. ¿Por qué? Porque aquello que es maravilloso refleja a Dios. Todas las cosas bellas que existen reflejan a Dios, pero de forma desigual. De modo que hay cosas que reflejan más a Dios y otras menos. Las más maravillosas son las que reflejan más intensamente al Creador. Por lo tanto, al habituarnos a amar las cosas maravillosas según su grado de maravilla, nos volvemos más propensos a adorar a Dios. Al habituarnos a desear el cielo, que es la concentración de todas las maravillas, en todas las formas y grados imaginables. Cuando sentimos horror a lo vulgar, a lo feo, a lo sórdido y a lo caricaturesco, repudiamos aquello que es contrario a Dios. Y el amor a la maravilla lleva al hombre a creer en su Creador y después lo conduce a adorarlo. La Revolución incita al hombre a no apreciar lo maravilloso. Pero mientras que la creencia en Dios adorna el alma, volviéndola maravillosa, la posición revolucionaria, al contrario, desdora el alma, transformándola en un antro, en algo tétrico.
|
![]() Francisco y Jacinta de Fátima Los pastorcitos canonizados por el Papa Francisco |
![]() |
Oración al Señor Crucificado ¿Qué tengo yo, Señor Jesús, que tú no me hayas dado?... |
![]() |
Cuando los hombres se alejan de Dios, se corrompen las costumbres y decae la propia civilización Cuando se rompen los vínculos que atan al hombre a Dios, que es el legislador y juez supremo y universal, no queda sino la apariencia de una moral meramente profana, o como ellos dicen, de una moral independiente que hace caso omiso de la Razón eterna y de los preceptos divinos... |
![]() |
La moralidad es el fundamento del orden social ASÍ COMO EL RAYO DE SOL entra por una rendija de la ventana para formar un pequeño escenario de luces y de sombras, así también la madre católica debe crear alrededor suyo, por su modo de ser, un ambiente propicio para la formación del subconsciente de sus hijos, haciendo con que las primeras nociones de moralidad y de buen comportamiento echen raíces en ellos... |
![]() |
San Ricardo de Wych Segundo hijo de Ricardo y Alicia de Wych, pertenecientes a la nobleza agrícola, también es conocido como san Ricardo de Chichester. Nació en 1197 en Burford, cerca de Wych, actual Droitwich, en el condado inglés de Worcestershire... |
![]() |
Las tres virtudes teologales simbolizadas en el turíbulo En el turíbulo están muy bien simbolizadas las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Desde mi punto de vista, principalmente la fe, pero también las otras dos virtudes están simbolizadas en el turíbulo... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino