1 P. Fr. Matías de Illescas OFM (1617-1641), sacerdote y misionero franciscano, natural de Toledo. De muy joven se desempeñó como banquero en Lima, hasta que a los 21 años de edad optó por la vida religiosa. Apenas ordenado presbítero fue nombrado cura de Huancabamba, en las proximidades del Cerro de la Sal. Habiendo fundado siete reducciones en el río Chanchamayo, fue cruelmente martirizado por los shipibos en el río Aguaytía, junto a fray Francisco Piña y fray Pedro de la Cruz, hermanos legos quiteños. 2 Nuestra Señora de los Ángeles (ver Nuestra Señora de los Ángeles de Coatlán, Tesoros de la Fe, nº 128, agosto de 2012). P. Fr. Ramón de Tagle y Bracho OFM (1710-1780), sacerdote franciscano, de la primera nobleza de Lima, su ciudad natal. Renunciando a la sucesión del mayorazgo y marquesado de Torre-Tagle, y venciendo todo género de oposiciones, ingresó a la orden franciscana “descollando entre todos sus correligiosos por sus talentos y aún más por sus virtudes”. Se caracterizó por ser “de gran mortificación, muy amador de la pobreza, del retiro y de la oración; y tan exacto en el cumplimiento de todos sus deberes, que hasta la víspera de su muerte, cuando ya estaba tan deshecho y consumido, que parecía un esqueleto con alma, celebró la Santa Misa y asistió al coro a Maitines que, por obediencia, tuvo que someterse a rezar sentado”.1 Pasó a mejor vida con grandes créditos de siervo de Dios. 3 Isabel Cano (+1638), hermana profesa de la Tercera Orden de la Penitencia de San Francisco, hija de español noble y de madre india, natural de Lima. Una visión de su ángel de la guarda le hizo abandonar las vanidades del mundo y entregarse a una vida de mortificación y sacrificio. Como sacristana se esmeraba en lavar los manteles de los altares y buscar por huertas y campos flores odoríficas para el culto. Como enfermera “cosía y hacía todos los colchones de la enfermería por sus manos; lavaba y aderezaba la ropa de ella. De las limosnas que algunas personas ricas de la ciudad le hacían por la devoción que la tenían, compraba jabón para lavar la ropa de los altares, y algunos dulces que llevaba a los enfermos y enfermas de los hospitales, a donde iba los más días a servirlos y regalarlos, y muy en particular a los mas necesitados y asquerosos. Cortábales las uñas, lavábales los pies, limpiábalos y repartía con ellos los dulces y conservas que llevaba. Ofrecíales aguas olorosas, con que los alentaba y consolaba, y mucho más con sus dulces palabras y saludables consejos que les daba”.2 Acrisolada su paciencia con una larga enfermedad que padeció, fue a gozar a la bienaventuranza el fruto de sus merecimientos. 4 P. Fr. Vicente Nardini OP (1830-1913), sacerdote y reformador dominico, natural de Sant’Angelo in Campo en la región de la Toscana. Insigne restaurador de la Orden Dominica en el Perú. En 1878 llegó al país, visitando los conventos de Arequipa y Cusco. “A finales de 1883 la reforma afectó al convento del Santísimo Rosario de Lima. Sin embargo, el rigor impuesto en la observancia de los principios de la vida monástica y la regla provocó la rebelión de los frailes. Una vez restaurada la obediencia, Nardini regresó a Roma en 1885. De vuelta a Cusco, en 1886 fundó la revista La Rosa del Perú, órgano de los frailes predicadores, que tenía como objetivo promover la devoción del rosario entre los frailes y apoyar ‘la buena doctrina tomista según las intenciones del Sumo Pontífice León XIII’”. El 13 de marzo de 1892 inauguró el Colegio Santo Tomás de Aquino, el cual “tenía como objetivo la formación moral, filosófica y religiosa de los alumnos para que fueran capaces de responder a los ataques del pensamiento materialista y ateo”.3 En diciembre de 1897 regresó definitivamente a Roma, ocupando diversos cargos hasta 1908, en que se retiró al convento de San Romano en Lucca, donde murió. 5 Virgen de Copacabana (ver La Virgen del Lago o de Copacabana, Tesoros de la Fe, nº 50, febrero de 2006). Can. José Fausto Gallegos (1677-1741), sacerdote secular limeño, canónigo de la catedral. “Varón tan ilustre por sus grandes y heroicas virtudes, como insigne en letras y poseedor de grandes caudales”.4 Capellán y custodio de las religiosas capuchinas madrileñas que fundaron el Monasterio de Jesús, María y José, a quienes acompañó en su accidentado viaje hasta Lima. 6 Transfiguración de Nuestro Señor (ver La transfiguración de Jesucristo, Tesoros de la Fe, nº 177, setiembre de 2016). D. Gabriel García Moreno (1821-1875), presidente católico del Ecuador, natural de Guayaquil, asesinado por odio a la fe. Desterrado, vivió entre 1853 y 1854 en el Perú. En Lima entabló una estrecha amistad con los padres franciscanos descalzos del Rímac y propuso a uno de ellos —fray José María Masiá— como primer obispo de Loja. Entre sus memorables frases, destacamos ésta que lo describe por entero: “Pues que tenemos la dicha de ser católicos, seámoslo lógica y abiertamente; seámoslo en nuestra vida privada y en nuestra existencia política”.5 7 Ven. P. Fray Pedro Urraca de la Santísima Trinidad OdeM (1583-1657), sacerdote mercedario, natural de la villa de Jadraque (Castilla-La Mancha). Una tempestad en el Atlántico lo motivó a abrazar la vida religiosa en Quito. Vino a Lima y fue ordenado sacerdote en la iglesia de la Vera Cruz. A instancias de los Príncipes de Esquilache, los acompañó al cabo de su gobierno a la Corte de Madrid, donde “la misma reina, Isabel de Borbón, se complacía en consultarle cosas del espíritu”. Cinco años después regresó al Perú. “Paralítico, clavado en una silla durante largos años, con los dedos crispados como garfios de hierro […] era en Lima el misionero más eficaz en palabras y obras, una llama que ardía y brillaba con extraordinario fulgor, una avasalladora personalidad, fascinadora, rebosante de gracia, de comprensión, de amor”.6 8 † Fray Tomás de Berlanga OP (1487-1551), religioso dominico nombrado obispo de Panamá, descubridor de las islas Galápagos, natural de Berlanga de Duero (Soria). A pedido de Carlos V viajó a Lima en 1535 para arbitrar las diferencias que empezaban a surgir entre Pizarro y Almagro sobre los límites de sus gobernaciones. 9 BB. Miguel Tomaszek, Zbigniew Strzalkowski y Alessandro Dordi(+1991), religiosos franciscanos de origen polaco y un sacerdote italiano, que alcanzaron la palma del martirio al ser asesinados en las localidades de Pariacoto y Santa, respectivamente, por terroristas de Sendero Luminoso. 10 † Mons. Bartolomé Herrera Vélez (1808-1864), eclesiástico ultramontano limeño. Director de la Biblioteca Nacional, rector del Convictorio de San Carlos, ministro de Estado, diputado y presidente del Congreso Constituyente de 1860. Pío IX lo nombró obispo de Arequipa. “Para el Perú, no solo fue su más capaz, sabio y ejemplar líder y hombre de Estado en el siglo XIX, sino su paradigma de hombre de la Providencia”.7 11 Sor Ermelinda Carrera y del Valle FIC (1861-1914), religiosa franciscana limeña. Desarrolló una inagotable labor en favor de mujeres, jóvenes y niños. Fue designada directora de la primera cárcel de mujeres de Lima. Fundó en 1896 el Asilo de Reeducación de Menores, que hoy lleva su nombre. 12 Sor Lucía de Vargas OSC (+1646), religiosa clarisa, natural de Trujillo. Maestra de novicias y abadesa del Monasterio de Santa Clara de Trujillo. “En su [última] enfermedad, se tiene por cierto que fue visitada de los santos ángeles, porque antes que muriese, viéndola su abadesa alegre y el rostro encendido, le preguntó qué sentía, y la enferma, señalando con la mano alrededor de la cama, dijo: no ven estos benditos y gloriosos ángeles, ¡qué lindos y hermosos son!”.8 13 P. Fr. Juan de Arriaga OFM (+1644), sacerdote franciscano, natural de la villa de Durango, en Vizcaya. Vino joven al Perú y recibió en 1593 el hábito franciscano. Deseoso de mayor observancia vivió en conventos recoletos y fue guardián (superior) en Pisco y Chuquisaca. “Sus conversaciones eran pocas, humildes y espirituales. Nunca se le oyó queja de otro ni en su presencia permitió murmuración, y si tal vez alguno levantaba la voz, lo sentía y afeaba. Palabra ociosa o que pareciese menos compuesta jamás la dijo. Siempre parecía que las que hablaba salían de una fuente limpia y pura; tal era la pureza y candidez de su alma, y la sencillez y bondad de su ánimo”.9 14 Sor Juana Bueno OSA (s. XVII), religiosa agustina descalza. Una de las cuatro monjas del Monasterio de la Encarnación de Lima, que se trasladaron junto con doña Ángela de Zárate y Recalde, el sábado 1º de setiembre de 1640, para la fundación del Monasterio de Nuestra Señora del Prado. 15 Asunción de Nuestra Señora (ver La Virgen Asunta de Tiobamba, Tesoros de la Fe, nº 44, agosto de 2005). 16 P. Martín de Andrés Pérez MI (1698-1770), sacerdote camilo, natural de Castilmimbre de la Alcarria (Guadalajara). Llegó a Lima en 1739 para fundar una casa profesa de su Orden. Fue maestro de Teología Moral en la universidad de San Marcos, consultor del Santo Oficio y examinador sinodal del arzobispado. “Fueron muchos centenares los enfermos a los que prestó su directa asistencia, principalmente indios. […] En Lima era un ejemplo constante, conocido por todos, que arrastró a ilustres limeños a ingresar en su humilde y caritativa Orden”.10 17 Sor Lucía del Espíritu Santo (1646-1709), dama guayaquileña, fundadora del Beaterio de las Nazarenas (Lima, 1672). El mismo que, posteriormente, diera origen al Monasterio de las Nazarenas, donde se venera al Señor de los Milagros. “Estando una noche en oración vi que el Señor, vestido con una túnica morada, se llegaba a mí, y cortándome las trenzas de mi cabello, me puso una túnica morada, una soga al cuello y una corona de espinas en la cabeza, diciéndome: ‘Mi Madre ha dado su traje de pureza para hábito de otras almas, yo te doy a ti mi traje y hábito con el que anduve en el mundo; estima mucho este favor’”.11 18 † D. Baltasar Jaime Martínez Compañón (1737-1797), célebre eclesiástico, emprendedor y polifacético, natural de Cabredo (Navarra). Chantre del cabildo limeño, rector del seminario de Santo Toribio, obispo de Trujillo y arzobispo de Santa Fe de Bogotá. “De su visita pastoral al obispado de Trujillo, que duró cinco años, quedó una crónica gráfica que bastaría por sí sola para inmortalizar la imagen de este ilustre prelado. Se trata de la Historia Natural, Moral y Civil de la Diócesis de Trujillo del Perú”.12 19 P. Fr. Vicente Bernedo Albistur OP (1562-1619), sacerdote dominico, natural de Puente la Reina (Navarra). Pasó por Cartagena, Bogotá, Quito y Lima, pero su destino sería el convento de la villa de Potosí donde ejercería su apostolado y la posteridad lo reconocería como El apóstol del altiplano. “Fray Vicente andaba de pueblo en pueblo, evangelizando y enseñando la oración evangélica del Santo Rosario, e instituyendo Cofradías, para difundir y plantar en el corazón de los creyentes esta oración de la Iglesia”.13 20 Da. Lucía Isabel Rivera de Padilla (1557-1620), dama arequipeña, viuda del conquistador Pedro Basáez. Fundadora del Monasterio de Santa Catalina de Sena del Cusco, sobre el antiguo solar del Acllahuasi, que les facilitara el obispo D. Antonio de la Raya Navarrete. 21 M. Paula de Jesús Nazareno OdeM (1695-1752), religiosa mercedaria limeña. “A los ocho años de edad le dio el Señor uso de razón, e inclinada por Él al estado religioso, tomó el hábito en el convento de Mercedarias […]; donde floreció en todo género de virtudes, regalada por el Divino Esposo con los dones más extraordinarios. Después de haber sido modelo de religiosas, como súbdita, lo fue también como superiora. Hizo mucho, durante su gobierno, por reparar los daños que el terremoto de 1746 había ocasionado a su monasterio. Pasó a los celestiales contentos, en opinión de santa”.14 22 Santa María Reina (ver De la Devoción a la Virgen María - IV, Tesoros de la Fe, nº 69, setiembre de 2007). 23 Hna. Manuela de Jesús (s. XVII), terciaria franciscana, natural de Panamá. Fundadora del beaterio de Santa Rosa de Viterbo (1680). 24 Ven. M. Teresa de la Cruz Candamo CdlC (1875-1953), religiosa limeña, fundadora de la Congregación de Religiosas Canonesas de la Cruz. Hija del presidente don Manuel Candamo y de doña Teresa Álvarez Calderón, “quienes le brindaron un ambiente de fina cultura y elevación moral. […] Por los años 1905 y 1906, en un viaje a Europa, Teresa tuvo conocimiento claro de su vocación, despertándose en ella un gran deseo de servir a la Iglesia. Mirando a Jesús Crucificado, comprendió que le decía: ‘Si buscas un ideal, aquí tienes; si quieres modelo, aquí tienes; si quieres amor, aquí tienes’”.15 25 Dr. Juan del Castillo (1555-1636), médico seglar del Santo Oficio de Lima, natural de Talarrubias (Extremadura). Amigo de D. Gonzalo de la Maza y confidente de Santa Rosa de Lima en los últimos años en que moró en casa del contador. “No era teólogo graduado, pero sabía mucho de Teología y había vivido varias experiencias místicas. Fue el único laico que conoció de cerca la calidad espiritual de Rosa, y llegó a ser su examinador, interlocutor, consejero y consultor”.16 Sus testimonios fueron claves en el proceso de beatificación y canonización de la santa limeña. Años después se hizo dominico y a su muerte fue enterrado a los pies de Santa Rosa. 26 Sor Ana del Espíritu Santo OSC (+1600), religiosa clarisa, natural de Ayacucho. Hija mayor de Antonio de Oré y de Luisa Díaz de Rojas. Fundadora del Monasterio de Santa Clara de Huamanga (1589). “Estando en su celda rezando una noche su breviario, le apareció el demonio, y no queriendo irse, aunque se lo decía, le mandó tener la vela y que le alumbrase mientras acababa de rezar. El demonio por permisión divina la obedeció y tuvo la candela hasta que cumplió con sus rezos, y ella le dio licencia para que se fuese; el cual, vencido de la gran fe y constancia de la sierva de Dios, huyendo de ella la dejó rabioso y confuso”.17 27 P. Fr. Lázaro de Agramonte OSA (+1796), sacerdote y misionero agustino, muerto a flechazos, lanzados por indios mosetenes en la misión de Mapiri. 28 P. Miguel Urrea SJ (1554-1597), sacerdote jesuita, natural de Fuentes (Toledo). Llegó al Perú en 1585 y fue destinado a la residencia de Juli donde aprendió lenguas indígenas. Pasó al colegio de La Paz y luego solicitó ser mandado a las misiones de chunchos. Murió en Tarapoto por un golpe de maza que le despedazó la cabeza. 29 P. Fr. Francisco Francés OFM (+1763), sacerdote y misionero franciscano, natural de Cañete el Real (Sevilla). Llegó a Ocopa en 1754 y durante muchos años evangelizó en el Pozuzo. Murió flechado por los indios cunivos. 30 Santa Rosa de Lima (ver Santa Rosa de Lima y la vocación del Perú, Tesoros de la Fe, nº 8, agosto de 2002). M. María Manuela de Santa Ana OP (1695-1793), religiosa dominica limeña, nacida como María Manuela Ignacia Teresa Hurtado de Mendoza e Iturrizarra. Priora del Monasterio de Santa Rosa de Santa María (Lima); famosa por sus cartas, autobiografía y poemas místicos. 31 † Fray Tomás de San Martín OP (1482-1555), prelado dominico, natural de Palencia. Obispo de La Plata y gestor de la fundación de la Real y Pontificia Universidad de la Ciudad de los Reyes de Lima, decana de América.
Notas.- 1.Pedro García y Sanz, Apuntes para la Historia Eclesiástica del Perú (Segunda parte), Tipografía de “La Sociedad”, Lima, 1876, p. 367-368. 2. Diego de Córdova y Salinas, Crónica franciscana de las provincias del Perú (1651), Academy of American Franciscan History, México, 1957, p. 955-956. 3. Cf. https://www.treccani.it/enciclopedia/vincenzo-nardini_(Dizionario-Biografico)/. 4. García y Sanz, op. cit., p. 384. 5. P. Augustin Berthe, García Moreno, Víctor Retaux e Hijo Libreros-Editores, París, 1892, t. I, p. 195. 6. Juan María Lienhart CSSR, El Perú, tierra de santos, Lumen, Lima, 1962, p. 268-269 y 274-275. 7. José Antonio Pancorvo, Bartolomé Herrera (1808-1864): Su verdadera dimensión aún no ha sido comprendida, Tradición y Acción, Lima, nº 5, marzo de 2005, p. 8. 8. Córdova y Salinas, op. cit., p. 889. 9. Idem., p. 465-469. 10. Fernando Rodríguez de la Torre in http://dbe.rah.es/biografias/19515/martin-de-andres-perez. 11. Lienhart, op. cit., p. 251-252. 12. Pilar Jaramillo de Zuleta in http://dbe.rah.es/biografias/13509/baltasar-jaime-martinez-companon-y-bujanda. 13. Guillermo Alvarez Perca OP, Historia de la Orden Dominicana en el Perú (siglos XVI-XVII), Provincia Dominicana de San Juan Bautista del Perú, Lima, 1997, t. 1, p. 245. 14. García y Sanz, op. cit., p. 408. 15. Cf. http://prensafranciscanaperu.blogspot.com/2011/07/venerable-madre-teresa-de-la-cruz-una.html. 16. José Antonio del Busto Duthurburu, Santa Rosa de Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2006, p. 239. 17. Córdova y Salinas, op. cit., p. 843.
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