Es mediodía. Veo la iglesia abierta. Es preciso entrar. Madre de Jesucristo yo no vengo a rezar. No tengo nada que ofrecer ni nada que pedir. Vengo solamente, madre, para miraros. Miraros, llorar de felicidad, saber esto, Que soy vuestro hijo, y que aquí estáis. Solo por un momento mientras todo se detiene. Mediodía. Estar con vos, María, en el lugar en que estáis. No decir nada, pero solamente cantar porque se tiene el corazón colmado, Como el mirlo que sigue en idea en sus espacios de canciones repentinas. Porque eres bella, porque eres inmaculada, La mujer en la gracia al fin restituida. La criatura en su honor primero y en su final ensanchamiento, Tal como ha salido de Dios en la mañana de su esplendor original, Intacta, inefablemente porque eres la madre de Jesucristo. Que es la verdad entre vuestros brazos y la sola esperanza y el solo fruto. Porque eres la mujer, el Edén de la antigua ternura olvidada, Cuya mirada encuentra el corazón de súbito y hace brotar las lágrimas acumuladas. Porque me has salvado, porque has salvado a Francia, Porque ella también como yo, por vos, fue esta cosa en la que se piensa, Porque en la hora en que todo crujía, fue entonces que interviniste, Porque has salvado a la Francia, una vez más, Porque es mediodía, porque estamos en este día de hoy, Porque estás aquí para siempre, simplemente porque eres María, simplemente porque existes, ¡Madre de Jesucristo, recibid nuestras gracias!
Paul Claudel (1868-1955), La Vierge à midi, in “Letras”, nº 2, Santiago, 1930.
|
![]() Una promesa, una esperanza Basílica de la Madonna de Monte Bérico |
![]() |
Santa Rosa de Lima Hija de una numerosa y honrada familia de mediana fortuna de la capital peruana, la futura santa Rosa de Lima nació el día 20 de abril de 1586... |
![]() |
Santa Teresa de Lisieux Pionera de la “pequeña vía” Para un lector superficial de la Historia de un Alma, santa Teresita (1873-1897) fue una “santita” que vivió en un mar de rosas y apenas tuvo la desdicha de perder a su madre a los cuatro años de edad y de morir prematuramente. La iconografía romántica enfatiza esta idea presentándola como una monjita buena, sonrojada y risueña, sosteniendo un crucifijo y un mazo de rosas; una caricatura edulcorada, que más favorece a una piedad falsa y sentimental. Lo cual contrasta totalmente con las fotografías auténticas que de ella poseemos... |
![]() |
Después de la Crucifixión, el triunfo de nuestro Redentor En el momento mismo en que Jesús rindió el último suspiro, una revolución súbita trastornó toda la naturaleza. El último grito del Dios moribundo resonó hasta en los abismos... |
![]() |
María Santísima: La Santísima Virgen, por humildad, buscó durante su vida la oscuridad, siendo ésta necesaria también para ocultar su excelsa belleza y su esplendor. La devoción a Nuestra Señora fue siendo progresivamente explicitada por los teólogos y por el pueblo fiel a lo largo de los siglos... |
![]() |
La santidad de Jacinta, la admirable vidente de Fátima Jacinta entra en la Historia a los siete años, precisamente a la edad que habitualmente se acostumbra señalar como la del comienzo de la vida consciente y de la razón. ¿En qué medida una criatura de esa edad es capaz de practicar la virtud? ¿Y de practicarla de modo heroico?... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino