Benoît Bemelmans Un cardenal romano lee una carta, mientras que en una actitud respetuosa el fraile franciscano que la ha traído espera la respuesta. El gato ronronea sobre las rodillas del cardenal, que tiene a su alcance una pequeña copa de licor, o quizás de grappa, el delicioso orujo italiano. Abierto sobre la mesa, junto a una campana de plata, está el breviario cuya lectura había sido interrumpida por la llegada del mensajero. La luz que entra por la ventana muestra un gabinete amoblado con gusto, cuyo principal adorno es el tapiz del fondo. La atmósfera de este cuadro pintoresco evoca el equilibrio temperamental y la afabilidad, frutos de la práctica de la virtud puesta al servicio de la Iglesia.
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1917 La Revolución Comunista Rusia esparcirá sus errores por el mundo |
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Después del Juicio Final, ¿ya no existirá el Purgatorio? Según la enseñanza de la Iglesia Católica, el Purgatorio existe para la purificación de las almas que mueren en estado de gracia, pero que todavía necesitan ser purificadas de la escoria de los pecados pasados y pagar la pena temporal debida por ellos... |
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Nada más saludable que el recuerdo de los novísimos Haced sobresalir la majestad infinita de Dios y la enormidad del pecado que lo ultraja. Imprimid en los espíritus la creencia de la aterradora sentencia que será fulminada contra los réprobos el día del Juicio Final... |
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Nuestra Señora de Montligeon Entre las páginas luminosas de la historia de la Iglesia, ciertas obras, aunque nacidas en pequeñas aldeas, adquieren resonancia universal, como un destello que se proyecta hasta los confines del mundo... |
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La verdadera caridad Existe una tendencia a mostrar la caridad como si fuera la virtud por la cual se busca sólo aliviar los sufrimientos del cuerpo. Nuestro Señor enseñó que primero se debe amar a Dios y, en segundo lugar, al prójimo como a uno mismo. ¿Dónde está el equilibrio?... |
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En la playa El niño del polo rojo y pantalón a rayas está inquieto, mira hacia la orilla en donde ha visto sentados sobre la arena a otros niños y quiere jugar con ellos. Su madre, que le ha protegido del sol con un amplio sombrero de paja, le sujeta firme de la mano, sin prestarle mucha atención... |
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