Plinio Corrêa de Oliveira Hay personas que juzgan que las imágenes de los santos —de las cuales las estampitas son una reproducción— deben ser hechas para producir en el pueblo exclusivamente una sensación que lo cautive. Dicen ellos: ¿Por qué tenemos que conocer cómo fueron en realidad los santos? ¡Mientras el pueblo ame al santo, todo está en orden! No conozco un razonamiento más erróneo que éste. Porque, en lugar de que los fieles imiten al santo, es el santo quien imita a los fieles.
Los santos son propuestos por la Santa Iglesia para ser imitados por nosotros. La canonización de un santo es la declaración de que él está en el cielo. Así lo prueba el estudio de su vida, de sus escritos y los milagros obtenidos por su intercesión, que demuestran la interferencia divina y dan fe de una vida ejemplar. Entonces, la Iglesia proclama —esto es propiamente sustancial a la canonización— que él practicó en grado heroico las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y las cuatro virtudes cardinales (justicia, fortaleza, templanza y prudencia). Y, en consecuencia, fue heroico en la práctica de todas las demás virtudes, que se originan en las virtudes teologales y cardenales. Por eso la Iglesia, al mismo tiempo que declara que él está en el cielo en calidad de intercesor nuestro al lado de Dios y de la Santísima Virgen, lo propone como modelo a los fieles para que lo imiten. En vista de ello, el fiel debe tener ante sí la imagen del santo tal como fue en realidad, para poder imitarlo. Pero al representarlo como a los fieles les gustaría verlo y no como era en realidad, se distorsiona el perfil del santo. Dicho esto, se comprenderá mejor la importancia de conocer la verdadera fisonomía de los santos, analizando tanto sus representaciones auténticas como también las distorsionadas. De ese modo notaremos las fabulosas deformaciones, ampliamente difundidas en los ambientes católicos. Es lo que haremos a continuación. Analicemos la estampita de san Sebastián. Representa a un hombre que no tiene valor, que no tiene nada… Un jovenzuelo. Más parecido a una niña que a un hombre. Una desfiguración horrorosa. Un individuo que tiene una pena tremenda de sí mismo. Lo que ningún hombre digno de ese nombre puede admitir. Se comprende que uno le pida a la Santísima Virgen que se compadezca de él, así como a Nuestro Señor, a los ángeles y a sus santos protectores. ¡De ahí a tener pena de sí mismo, jamás! Parece decir a los paganos que le arrojan sus flechas: “¿No tienen pena de mí, que soy tan bueno, al lanzarme esas flechas?”. Finalmente, esta representación es lo contrario del héroe cristiano; es una imagen que adultera y desfigura el verdadero espíritu católico.
|
![]() 1917 La Revolución Comunista Rusia esparcirá sus errores por el mundo |
![]() |
¿Puedo confesarme con un sacerdote por teléfono o e-mail? Quisiera confesarme, pero con la pandemia y la exigencia del llamado “distanciamiento social”, no encuentro con facilidad a un sacerdote que me atienda... |
![]() |
Un Sínodo 'extraordinario' bajo todo punto de vista MENOS DE UN MES DESPUÉS de la realización de la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) en Rio de Janeiro, en julio de 2013, el Papa Francisco comunicó al secretario del Sínodo de los Obispos, Mons. Lorenzo Baldisseri, ex Nuncio Apostólico en Brasil, su determinación de convocar la III Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos... |
![]() |
En Francia, creciente oposición al aborto Francia fue uno de los primerospaíses europeos en legalizar el aborto. En 1975, el gobierno de centroderecha de Jacques Chirac, con el apoyo de la izquierda, aprobó la legalización de la interruption volontaire de grossesse (interrupción voluntaria del embarazo)... |
![]() |
Rosa de Santa María Vida de Santa Rosa de Santa María, natural de Lima y Patrona del Perú. Poema Heroico por Don Luis Antonio de Oviedo y Herrera (1636-1717), Caballero del Orden de Santiago, Conde de la Granja... |
![]() |
El Milagro del Sol:Un testigo presencial Llegó el 13 de octubre , llovía. Aparece un claro y vamos para allá. A medio camino el agua vino con fuerza y llegó al punto de que no había mantas ni sombreros que le hicieran frente. Pero nadie se desanimaba. Todos avanzaban... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino