Ambientes Costumbres Civilizaciones “Se hicieron abominables, como aquellas cosas que amaron”

Plinio Corrêa de Oliveira

Nuestro primer grabado muestra una “cabeza”, un mármol de 35,5 cm de altura expuesto en el Museo del Louvre. Proviene de Amorgos, en el archipiélago griego de las Cícladas. Es un ídolo de la época prehelénica.

Las maravillas del universo deben conducir al hombre al conocimiento de la sabiduría, de la bondad y de la belleza del Creador de todas las cosas. Pero, habiéndose vuelto pagano, comenzó a adorar no pocas veces a seres inferiores, como animales, o incluso a divinidades imaginarias horrendas.

Con frecuencia, adorando a figuras humanas las quiso monstruosas, como es el caso de esta “cabeza”. Si alguien con esta cara caminara por las calles, causaría horror. Y si se subiera a un tren o a un autobús, este se vaciaría inmediatamente. Si hubiera una enfermedad cuyo efecto fuera dejar a sus víctimas así, todos los médicos del mundo se movilizarían contra ella.

Es un monstruo, muy expresivo, sin duda, pero por eso mismo más terrible, porque de él solo se desprende monstruosidad.

* * *

¿Cómo no sentir compasión por los pobres paganos inducidos a adorar a este monstruo? ¿Cómo no darnos cuenta de la deformación mental y moral que introduce en el alma la adoración de un ente semejante?

A este respecto, la Sagrada Escritura observa con clarividencia que los hombres se modelan a sí mismos por las cosas que aman: “Como uvas en el desierto, encontré a Israel, como breva en la higuera, como su fruto primerizo, descubrí a vuestros padres. Nada más llegar a Baal-Peor se consagraron a la ignominia. Se hicieron abominables, como aquellas cosas que amaron” (Os 9, 10).

* *  *

Si es verdad que aquello que el hombre ama lo transforma, uno se pregunta: ¿es deseable modelar a alguien según esta extraña y grotesca cabeza reproducida en la segunda foto? ¿Querría el lector, por ejemplo, que sus hijos se asemejaran de alma o de cuerpo a ella?

Y cómo duele decir que la intención del autor, el conocido escultor francés contemporáneo Jean Lambert-Rucki, fue representar a Nuestro Señor Jesucristo, fuente de toda santidad y, por eso mismo, modelo infinitamente perfecto de inefable equilibrio de personalidad.

Decirle a alguien: este era Cristo, imítalo, sé como Él, ¿es educar, es formar, es trabajar por la ascensión espiritual del ser humano?

¿Qué debe pensar un católico sobre los ovnis… ? Palabras del Director
Palabras del Director
¿Qué debe pensar un católico sobre los ovnis… ?



Tesoros de la Fe N°270 junio 2024


Sagrado Corazón de JesúsRemedio para un mundo en crisis
Palabras del Director El Decálogo Procesión del Corpus en Sitges Del genocidio vandeano al terrorismo islámico No ejercer autoridad es abandonar a los hijos a la desesperación El adorable Sagrado Corazón de Jesús San Justino, Mártir ¿Qué debe pensar un católico sobre los ovnis… ? “Se hicieron abominables, como aquellas cosas que amaron”



 Artículos relacionados
San Flavio Marcelino, Mártir Marcelino era un buen católico, muy piadoso y cultivado. Desde temprana edad mostró un gran interés por las cuestiones teológicas y religiosas, lo que le llevó a entablar una estrecha amistad con el gran doctor de la Iglesia, san Agustín, obispo de Hipona...

Leer artículo

Cuando el bebé retribuye maravillosamente a la madre su sacrificio La relación madre-hijo es íntima y emocional. La madre le da todo al bebé que se desarrolla en su vientre en un acto de amor...

Leer artículo

La Virgen del Viernes Santo Es una imagen de tamaño casi natural y que nos representa muy vivamente a María Santísima en el misterio de sus Dolores, levemente inclinada hacia un lado, conmovida por tanto sufrimiento, con un pañuelo de seda en sus manos para apagar tantas lágrimas...

Leer artículo

Procesión del Corpus en Sitges La procesión se ha detenido ante la casa de la familia Catasús, en la calle Parellades de Sitges. En su fachada se ha levantado un altar, ricamente adornado con jarrones de plata, con exuberantes flores blancas, sobre el que, bajo un dosel de ricas telas, se expone la impasible imagen del Ecce Homo...

Leer artículo

La Mamacha Carmen de Paucartambo La belleza de esta imagen es sencillamente extraordinaria, así como la del Niño Jesús, que en alegre expresión infantil descansa sobre su brazo izquierdo. El color marrón oscuro del hábito carmelita, una capa amplia y mantilla blancas, con bordados de hilos de oro y plata, contrastan con la hermosura de su delicado rostro y expresión...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×