Verdades Olvidadas La función social de la riqueza

La moneda del tributo, John Singleton Copley, 1782 – Óleo sobre lienzo, Royal Academy of Arts, Londres

El Evangelio recomienda el desapego de los bienes de la tierra. Ese desapego no significa que el hombre deba evitar su uso, sino solamente que los debe usar con superioridad y fuerza de alma, así como con templanza cristiana, en lugar de dejarse esclavizar por ellos.

Cuando el hombre no procede así, y hace mal uso de bienes, el mal no está en los bienes sino en él. Así, por ejemplo, el mal del ebrio, está en sí mismo y no en el vino precioso con que se embriaga. Tanto es así que muchos son los que beben vinos de la mejor calidad y no abusan de ellos.

En el Universo, todo fue admirablemente dispuesto por Dios, y no hay nada que no tenga su razón de ser. Sería inconcebible que el oro, las piedras preciosas, la materia prima de finos tejidos, etc., fueran excepción a la regla. Existen, por designio de la bondad divina, para un justo deleite de los sentidos, tanto como un hermoso panorama, el aire puro, las flores, etc. Y además de eso, son medios para adornar y elevar la existencia cotidiana de los hombres, refinar su cultura, y hacerles conocer la grandeza, la sabiduría y el amor de Dios.

Fue con este espíritu con que la Iglesia utilizó siempre estos bienes para lo que tiene de más sagrado: el culto divino. Lo que no habría hecho de ningún modo si en esto se transgrediera la voluntad de su Fundador.

Y en todos los tiempos ella estimuló a los individuos, las familias, las instituciones y las naciones para que, con la misma templanza, siguieran su ejemplo, adornando y dignificando así, para la grandeza espiritual y el bien material de los hombres, los ambientes de la vida doméstica o pública.

Es por esto que le ha sido dado muy justamente el título de benemérita de la cultura, del arte y de la civilización.

Una de las ventajas de una armoniosa desigualdad de bienes, está precisamente en permitir, en las clases más altas, un florecimiento particularmente espléndido de las artes, de la cultura, de la cortesía, etc., que de ellas dimana después sobre todo el cuerpo social.

 

Plinio Corrêa de Oliveira, Reforma Agraria, Cuestión de Conciencia, Tradición y Acción por un Perú Mayor, Lima, 2021, p. 107-109.

Palabras del Director El fondo sombrío y silenciado de la eutanasia
El fondo sombrío y silenciado de la eutanasia
Palabras del Director



Tesoros de la Fe N°277 enero 2025


En el Arte Culinario
Palabras del Director La función social de la riqueza El fondo sombrío y silenciado de la eutanasia Cristianismo y sabores Argentina erige el mayor monumento a la Virgen en América La maternidad divina de María San Simeón el Estilita Los ángeles arcabuceros



 Artículos relacionados
El Patrocinio de San José El Congreso Constituyente del Perú...

Leer artículo

San Alfonso de Orozco El siglo de Oro español no se compara con ningún otro periodo de la historia europea por el esplendor que alcanzó en prácticamente todos los campos de la actividad humana...

Leer artículo

Chenonceau: el castillo cisne La impresión que causa el castillo de Chenonceau, a primera vista, ¡es de entusiasmo!...

Leer artículo

Santo Tomás Apóstol Los evangelistas muy poco registran de la vida de los doce hombres providenciales por cuyo intermedio la Santa Religión fue predicada en casi todo el mundo civilizado de la época. Con excepción de san Pedro y san Juan Evangelista, los Evangelios nos proporcionan pocos datos a respecto de los demás...

Leer artículo

Venerable María Clotilde de Borbón Al visitar años atrás una iglesia moderna en Nápoles, me llamó la atención la homilía que pronunció el sacerdote durante la misa...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×