Ambientes Costumbres Civilizaciones Si alguien tuviese una súbita perturbación en la vista, en los nervios o en la mente...

Plinio Corrêa de Oliveira


El famoso cuadro de Velásquez —Las Meninas del Museo del Prado, Madrid— es a justo título, una de las cúspides del arte.

La gracia infantil y cándida de la Infanta, el cariño lleno de dignidad y respeto de las jóvenes hidalgas que la sirven, la altanería del caballero de Santiago que se ve a la izquierda (y que es el propio pintor), todo exhala un ambiente recogido, elevado, profundamente civilizado. La consideración atenta de esta obra maestra, además de enaltecer el sentido artístico, es altamente formativa para la personalidad humana.

Si un observador tuviese una súbita perturbación en la vista, en los nervios o en la mente, naturalmente las armonías del cuadro se irían deshaciendo para él. En el punto extremo de esa perturbación, el aspecto de la obra de Velásquez podría llegar al grado de “horripilante” presente en la siguiente fotografía.

Lo contrario jamás podría ocurrir. Si alguien examinara este otro cuadro, y comenzase a sufrir de la vista, de los nervios o de la mente, jamás llegaría a ver a Las Meninas del Prado.

Esto es tan evidente, que dispensa demostración.

Es que el primer cuadro es producto no del desorden sino del orden, del talento, de la cultura, de la civilización y presenta en sus imponderables una marca profundamente cristiana. El segundo es fruto no del orden sino del desorden, de la extravagancia, del desequilibrio, de la intemperancia. Sólo puede proceder —insistimos— de las pasiones desordenadas o de una enfermedad.

*     *     *

La segunda fotografía reproduce la copia, hecha por Picasso, de la inmortal obra de Velásquez.

Sin comentarios.     




¿Cómo recuperar la tranquilidad del alma? Palabras del director Nº 101 - Mayo 2010 - Año IX
Palabras del director Nº 101 - Mayo 2010 - Año IX
¿Cómo recuperar la tranquilidad del alma?



Tesoros de la Fe N°101 mayo 2010


Fátima: Una prodigiosa historia que comenzó hace más de 100 años
Nº 101 - Mayo 2010 - Año IX El poder de una sola «Avemaría» Fátima: Una prodigiosa historia que comenzó cinco siglos antes de las apariciones Donde está Pedro, allí está la Iglesia Ubi Petrus, ibi et Ecclesia Es natural que haya misterios en la religión Santa Juana de Arco ¿Cómo recuperar la tranquilidad del alma? Si alguien tuviese una súbita perturbación en la vista, en los nervios o en la mente...



 Artículos relacionados
Museos: ¿osarios de la cultura? ¿QUIÉN NO SINTIÓ aún la frustración típica que asalta al hombre después de la visita a un gran museo? A lo largo de las salas y de las galerías en que las rarezas y las obras maestras están expuestas, el alma se va dilatando y enriqueciendo por la contemplación de mil maravillas...

Leer artículo

La flor del guayacán No sé, si acaso hubiese guayacanes en Palestina, ¿no habría Nuestro Señor utilizado como argumento la flor del guayacán en vez de hablar del lirio del campo?, pues aquella es de un color amarillo-dorado impactante...

Leer artículo

Ambiente aristocrático  ambiente popular Reflejos de la civilización cristiana. Atrae la atención en el cuadro que figura a la derecha la cobertura en lo alto de la cama, así como el hecho de que la misma esté colocada de tal manera que se asemeja a una especie de altar. Esto porque la cama reposa sobre un...

Leer artículo

Dos cuadros, dos mentalidades, dos doctrinas ¿Qué terminará pensando y sintiendo sobre la Sagrada Familia un pueblo que tenga frente a sí obras pictóricas o escultóricas de este jaez? El arte cristiano tiene la misión de auxiliar dentro de sus posibilidades peculiares la difusión de la sana doctrina...

Leer artículo

Mittenwald Producción artesanal o artística, y ambiente En este cuadro, que es el de la aldea de Mittenwald, en Baviera, se ejerce una actividad artesanal que exige todo un ambiente de armonía, y a su vez es una fuente de armonía: los habitantes producen violines famosos en el mundo entero.­...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×