Gabriel J. Wilson
A diversos títulos el pan puede ser considerado el alimento por excelencia. En muchos lugares es la base de la alimentación. Por eso rezamos: “Danos hoy nuestro pan de cada día”, aunque ahí el vocablo signifique el alimento en general. Mucho más significativo es el hecho de que Nuestro Señor Jesucristo haya escogido el pan como materia prima para la transubstanciación eucarística. En la mayor parte de Europa el pan es alimento esencial. Cada país lo prepara según sus costumbres y sus tradiciones. En Francia, el pan baguette común estila ser excelente, gracias a la calidad del trigo. Paradójicamente, allí no existe el “pan francés”, tan común en nuestro país. Parece que el “francés” de nuestro pan viene de la nacionalidad del primer panadero que popularizó ese pan entre nosotros. El pan de buena calidad puede ser un regalo para el paladar. Puede hacer del simple pan con mantequilla el compañero inseparable del café con leche en nuestro tradicional desayuno, una de las comidas más reconfortantes del diario existir. Por estas razones, el pan es particularmente apreciado por los franceses. Pero no sólo por lo que fue dicho. Es necesario añadir que ellos toman la profesión de panadero muy en serio. En París, existe regularmente una competencia para ver quién hace el mejor pan de la capital: la panadería vencedora pasa automáticamente a ser proveedora del palacio presidencial, hasta la próxima competencia.
Existe incluso una escuela profesional de alto nivel en una ciudad del macizo central francés, donde son formados los mejores artesanos de este sector. Es la École Française de Boulangerie et de Pâtisserie d’Aurillac. Se trata de uno de los pocos artesanatos que consiguieron sobrevivir a la devastación provocada por la revolución industrial en las antiguas profesiones tradicionales. Cuando se compra en Francia un pan baguette, en general el comprador lo lleva en la mano, sin envolver. Es una costumbre. Cuando se compran varios, la panadería ofrece una bolsa de papel resistente. En la página opuesta figura una de aquellas bolsas, que contienen pintorescas expresiones, historietas e informaciones a respecto del pan y de su fabricación. Proviene de una panadería típica, como miles del interior de Francia. Se llama “Au pain d’autrefois” (Al pan de otrora), de Châteauneuf-en-Thymerais (foto de la calle principal), capital del cantón del Thymerais, oriundo de un feudo que remonta a los siglos XII y XIII. Châteauneuf, capital de aquel feudo desde 1200, sólo tiene cerca de… ¡tres mil habitantes! Además de las dos panaderías, la pequeña ciudad tiene una confitería de óptima calidad. Estos datos ilustran bien el aprecio de los franceses, incluso los de situación modesta, por la calidad, sobre todo cuando se trata de gastronomía y decoración. Es fruto de la verdadera cultura. Sí, una simple bolsa de pan puede ser vehículo de cultura… o de anticultura. Y la reciente supresión de las bolsas en los supermercados brasileños,* no por una costumbre, sino por una imposición de reparticiones o instrumentos del Estado, puede representar la mentalidad totalitaria de un Poder Público que aplasta constantemente a los particulares con leyes, decretos e imposiciones que no toman en consideración las costumbres del pueblo, sino apenas intereses oscuros de grupos, partidos o movimientos ideológicos. La abolición de la gratuidad de las bolsas es un síntoma en ese sentido. Obviamente el precio de las bolsas siempre estuvo incluido en el de los productos ofrecidos. El aspecto económico es ridículo y no pasa de un mero pretexto. La bolsa de la panadería “Al pan de otrora” representa la cordialidad, la buena educación, el buen trato, en una palabra, la dulzura de vivir. La supresión de las bolsas (“¡¡¡si las quiere, pague!!!”) es, al contrario, la voz de la amargura y de la rebeldía de los sindicatos alimentados por la lucha de clases. La primera actitud es fruto de la cultura y caridad cristianas. La segunda proviene de una mentalidad socialista, egoísta, atea y despiadada, del totalitarismo de partidos cada vez más travestidos de verde que gobiernan ciertos países. * Sintomática coincidencia de un pequeño gesto que hoy toma el gobierno de Dilma Rousseff, con lo sucedido durante la dictadura de Velasco Alvarado en el Perú hace 40 años... ¿Se acuerdan?
|
![]() Nuestra Señora de la “O” La Virgen de la Expectación del Parto |
![]() |
A vosotros, pobres pecadores “A vosotros, pobres pecadores, uno más pecador todavía os ofrece esa rosa enrojecida con la sangre de Jesucristo a fin de que florezcáis y os salvéis. Los impíos y pecadores empedernidos gritan a diario: Coronémonos de rosas (Sab. 2, 8). Cantemos también nosotros: coronémonos con las rosas del santo rosario... |
![]() |
Institución de la Eucaristía En esta última cena, el Salvador dio a los hombres la señal más evidente del amor que les profesaba, instituyendo el Sacramento de la Eucaristía... |
![]() |
Espontaneidad epicureísta y gravedad cristiana Una escena contemporánea de la vida familiar: dos parejas de esposos, en un rincón pintoresco, salen de picnic con sus hijos. ¿Algo de malo? ¡Pero cómo!... |
![]() |
Navidad en Pisco Entre la vasta obra literaria que nos dejó Abraham Valdelomar (1888-1919), rescatamos una pintoresca narración sobre la celebración de una Navidad en su infancia... |
![]() |
Canonización de Francisco y Jacinta Marto Declaramos y definimos como santos a los beatos Francisco Marto y Jacinta Marto, y los inscribimos en el catálogo de los santos, estableciendo que, en toda la Iglesia, sean devotamente honrados entre los santos... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino