Lectura Espiritual Tercer artículo del Credo Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen

El Mesías prometido y esperado desde la caída de los primeros padres, el Verbo divino tomó carne humana, no por obra de varón como los demás hombres, sino sobrenatural y milagrosamente, por virtud y gracia del Espíritu Santo, en las purísimas entrañas de María Santísima, sin detrimento de su virginal pureza [...] quedando esta virgen como lo había sido antes del parto, y lo fue después perpetuamente (Pbro. D. Eulogio Horcajo Monte de Oria, «El Cristiano Instruido en su Ley», Madrid, 1891, pp. 45-49).


La Anunciación y Encarnación del Verbo Divino, Duccio de Buoninsegna (1308-11) — Galería Nacional, Londres


El tercer artículo del Credo nos enseña que el Hijo de Dios tomó cuerpo y alma, como tenemos nosotros, en las purísimas entrañas de María Virgen, por obra del Espíritu Santo, y que nació de esta Virgen.

Obra de la Santísima Trinidad

A formar el cuerpo y a crear el alma de Jesucristo concurrieron las tres divinas Personas.

Se dice sólo: fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo porque la Encarnación del Hijo de Dios fue obra de bondad y amor, y las obras de bondad  y amor se atribuyen al Espíritu Santo.

El Hijo de Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios. El Hijo de Dios encarnado, esto es, Jesucristo, es Dios y hombre juntamente, perfecto Dios y perfecto hombre. En Jesucristo, hay dos naturalezas: la divina y la humana.

[Sin embargo] en el Hijo de Dios hecho hombre no hay más que una Persona, y ésta es divina. [No obstante] en Jesucristo hay dos voluntades: la una divina y la otra humana.

Jesucristo tenía libre albedrío, mas no podía obrar el mal, porque el poder obrar el mal es defecto, no perfección de la libertad.

El Hijo de Dios y el Hijo de María son una misma Persona, esto es, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

[Así] la Virgen María es Madre de Dios, porque es Madre de Jesucristo, que es verdadero Dios. María vino a ser Madre de Jesucristo únicamente por obra y gracia del Espíritu Santo.

Es de fe que María Santísima fue siempre Virgen, y es llamada la Virgen por excelencia.

Desde el 1º de noviembre de 1950, es dogma de fe que María Santísima, terminado el curso de su mortal vida, fue llevada en cuerpo y alma a los Cielos. Este privilegio se llama “la Asunción de María” (Catecismo Mayor de San Pío X, Ed. Magisterio Español, Vitoria, 1973, pp. 15-17).     



En Lima, la Virgen del prodigioso llanto San Ignacio de Loyola - Fundador Compañía de Jesús Ejercicios Espirituales
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En Lima, la Virgen del prodigioso llanto



Tesoros de la Fe N°19 julio 2003


En Lima, la Virgen del prodigioso llanto
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