“Nuestra conversación está en el cielo” Plinio Corrêa de Oliveira
¿Qué decir de esta catedral? El mejor comentario es: ¡Oh! ¿Qué significa este oh? Significa: ¡Oh, preciosidad! ¡Oh, tesoro! ¡Oh, símbolo de algo que eleva mi alma hasta las más altas cumbres! ¡Oh, catedral! Al analizarla, parecería un amontonamiento de torres, de capillas y de cúpulas, colocadas más o menos sin reflexión. Sin embargo, ¡de su conjunto se desprende tal armonía, que me deja verdaderamente maravillado! Armonía que tiene esto de curioso: todo apunta hacia arriba. Se diría que la catedral exclama: Conversatio nostra in cœlo est (“Nuestra conversación está en el cielo”). Hacia arriba apunta la torre, como que elevando los brazos a Dios. Hacia arriba apunta la cúpula que, no satisfecha con elevarse con toda su masa rumbo a lo alto, aún ostenta un cupolino, que es una especie de intento de alcanzar con la punta del dedo aquello que la palma de la mano no consigue tocar. Hacia arriba apunta la forma ojival de las ventanas que están incrustadas en la torre, y cuya extremidad parece reflejar la tendencia a subir, a subir... Cada uno de los torreoncitos de abajo me recuerdan aquellas palabras de la Misa: ¡Sursum corda! Habemus ad Dominum – “Levantemos nuestros corazones”. La respuesta es: “Los tenemos levantados hacia el Señor”. ¡Todo el conjunto es un inmenso, un maravilloso sursum corda! * * * Pero, ¿cómo puede una persona, hoy en día, poseer un alma tan dura o tan vil, que no se conmueva y no se entusiasme al mirar esta catedral? Imaginemos que se interrumpiera una novela pornográfica de televisión para exhibir, de repente, una película sobre esta catedral. ¿No habrían personas que se pondrían de mal humor? ¿Y que preferirían la pornografía a esto? ¿Qué alma es esa, que rechaza tal maravilla y que prefiere la pornografía? Sin embargo, el alma humana fue creada para esas elevaciones y esa dignidad. Y el primer movimiento de un alma que pretenda ausentarse de tales panoramas, ¡ya la pone al borde del abismo en que caerá! ♦
|
![]() Obra Maestra de la Creación Bella como la luna, resplandeciente como el sol |
![]() |
¿Tienen los símbolos, la pompa y la riqueza una función en la vida humana? Quiso la Providencia que hubiese en la naturaleza materiales bellos y preciosos con los cuales el ingenio humano, rectamente movido por un anhelo de belleza y perfección, produzca las joyas, los terciopelos, las sedas, todo aquello en fin que sirva para el ornato... |
![]() |
«Dios no se encuentra en la agitación» Para los que saben cuál es el placer del recogimiento, está establecido un presupuesto precioso para la santificación. San Bernardo decía: “¡Oh beata soledad, oh sola beatitud!”. Pero para los que viven en el bullicio perpetuo, los que no saben ni quieren vivir fuera de él, cuántos ruidos sofocan la voz de la gracia…... |
![]() |
La impregnación de las alegrías de la Navidad La fiesta de la Santa Navidad tiene el privilegio —al menos es la impresión personal que tengo— de interrumpir el tiempo. Una persona puede estar en la peor situación aflictiva; al llegar la Navidad, se abre como que un paredón y las desgracias quedan del otro lado. ¡Repican las campanas, la Navidad comenzó! ¡Cristo nació: alegría para todos los hombres!... |
![]() |
Dos modos de ver la vida del campo Seis de la tarde. La faena diaria se ha terminado. La noble tranquilidad de la atmósfera envuelve la inmensidad de los campos, invitando al reposo y al recogimiento. Un crepúsculo color de oro transfigura la naturaleza, haciendo brillar en todas las cosas un reflejo lejano y suave de la inexpresable majestad de Dios... |
![]() |
La Gran Cartuja Inmenso turíbulo del cual suben continuamente al cielo los sacrificios de la oración y de la penitencia. Llama la atención en este panorama el aspecto soberbio de la nieve. Ella cubre el edificio tan ampliamente que explica la razón de ser de los tejados y de las torres en punta... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino