Estimados amigos: Las cruces forman hoy parte de nuestro paisaje. Las vemos erigirse en las cumbres de los cerros, en las encrucijadas de los caminos, sobre las cúpulas de nuestros templos, etc. La cruz llegó por vez primera a nuestra América grabada en las velas de las carabelas. Acompañó a los misioneros en la ardua tarea de implantar la fe en el Nuevo Mundo. Pronto se enarboló como el símbolo más característico de la evangelización. Así, la devoción a la cruz, íntimamente ligada al Crucificado, penetró profundamente en el alma de nuestro pueblo. “¡Oh Cruz fiel, el más noble entre todos los árboles! Ningún bosque produjo otro igual: Ni en hoja, ni en flor, ni en fruto. “Oh dulce leño, dulces clavos que sostuvieron tan dulce peso. “Canta, la victoria que se ha dado en el combate más glorioso, y celebra el noble triunfo de la cruz, y cómo el Redentor del mundo venció, inmolado en ella” (de la letra del himno “Crux fidelis”). A lo largo de los siglos se constituyeron cofradías y hermandades para honrarla, tanto en Semana Santa, como en las fiestas de la Invención (3 de mayo) y de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de setiembre). La primera festividad conmemora el descubrimiento de la Cruz el año 335 por santa Elena, madre del emperador Constantino, y la segunda, la dedicación de dos basílicas construidas por él sobre el monte Calvario y el Santo Sepulcro. A propósito de esta última, ofrecemos a continuación una meditación sobre la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, basada en las previsiones de los profetas del Antiguo Testamento. “El que quiera venir en pos de mí que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga” (Mt 16, 24), dice el Señor. En Jesús y María, El Director
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Exaltación de la Santa Cruz ¡Con este signo vencerás! |
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150 años de la Comuna de París El sábado 29 de mayo pasado, las parroquias católicas del 20º distrito de París organizaron una peregrinación para honrar la memoria del arzobispo Georges Darboy (foto) y de otros sacerdotes y religiosos asesinados por miembros de la Comuna de París en 1871... |
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¡Ay de quien se olvida y se aleja de Dios! A todos los magistrados y cónsules, jueces y gobernantes de toda la tierra y a todos los demás a quienes lleguen estas letras, el hermano Francisco, vuestro pequeñuelo y despreciable siervo en el Señor Dios, os desea a todos vosotros salud y paz... |
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Homenaje a Plinio Corrêa de Oliveira Cuando me sentí llamado por Dios al ministerio sacerdotal, encontré en el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira un estímulo inquebrantable para perseverar en ese sublime ideal. Ya lo seguía de cerca, impresionado y quizás cautivado, admirando desde entonces su espíritu católico, observando que todas las fibras de su alma estaban vueltas hacia Dios... |
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La confesión Los rayos del sol se difuminan tenues en el interior de la amplia iglesia creando una atmósfera de quietud y paz... |
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El triunfo de Nuestra Señora del Rosario de Lepanto Una multitud se apiña frente a la iglesia de Santo Domingo en la ciudad de Granada (España)... |
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