|
Plinio Corrêa de Oliveira En el centro de esta pintura está el emperador Francisco I de Austria (1768-1835). Con un uniforme de color claro, lleva puesto un bicornio con una pluma verde, su rostro alargado parece de marfil. Aún joven, pero ya marcado por las cicatrices de los sufrimientos pasados, nada en él indica un hombre quebrado. Mantiene un completo dominio sobre el caballo blanco. Mientras que los otros dos caballos parecen agitados, exigiendo esfuerzo para ser domados, el de Francisco I representa la fidelidad, tiene mucha vida y sustancia.
Todo habla de un monarca legítimo, en una época en que el rey era el padre del pueblo y el pueblo se consideraba hijo del rey. En el emperador y en su presentación, algo parece afirmar: “Yo soy la legitimidad. Aunque el Sacro Imperio está extinguido, el liderazgo de derecho, de historia y de misión permanece conmigo”. Es por eso que el artista pintó a los otros dos monarcas (el zar Alejandro I y el rey Federico Guillermo III de Prusia) en función del emperador de Austria, otorgándole una discreta delantera sobre las dos mayores potencias de Europa de aquella época. Por tanto, una especie de liderazgo de él en relación con Europa, fruto de las batallas de algunos de sus generales, pero también de la política de su canciller, el príncipe de Metternich. Los colores claros del emperador Francisco I recuerdan al Antiguo Régimen, mientras que los uniformes de los otros dos apuntan más a la era de brutalidades del futuro que emergía. Son personajes de tipo “napoleónico”, que representan más la fuerza que el derecho. Dentro del mundo germánico, Austria fue el pináculo de la civilización. Al frente de toda Europa, estaba junto con Francia a la cabeza del mundo civilizado. Rusia representaba un futuro nebuloso, que se estaba formando sobre una multitud de personas, de tierras, de hielo, de riquezas; pero también de incógnitas, dentro de los misterios tenebrosos y medio mágicos de la iglesia cismática rusa. Prusia representaba la fuerza militar. En ese sentido, su rey era el hombre de los hechos consumados: “Yo decidí, yo hice”, etc. Pero no era el hombre que representara el derecho, como el emperador Francisco I. En la pintura, todo esto está simbolizado de un modo aparentemente involuntario; pero en un análisis del tipo “Ambientes y Costumbres”, esta es la conclusión a la que se llega.
|
Corrupción en la sociedad ¿Existe un remedio? |
|
Por qué la confesión es importante y ferozmente atacada No hace mucho tiempo, se me presentó cierto sabihondo, asegurándome que él conocía muchos casos de que reprochar al clero por la violación del sigilo. Yo le respondí que, aun cuando un sacerdote traicionara su sagrado ministerio, no por eso disminuiría en nada la santidad de este sacramento... |
|
La Virgen de los Ermitaños de Einsiedeln ¿Cómo explicar que el santuario mariano que recibe al mayor número de peregrinos de Suiza —y uno de los más visitados de todos los países de lengua alemana— esté dedicado a Nuestra Señora de los Ermitaños?... |
|
Rothenburg La sociedad en la Edad Media se dividía en tres clases. La más alta de ellas era el Clero, porque estaba constituida por personas consagradas a Dios, integrantes de la estructura de la Iglesia Católica Apostólica Romana... |
|
San Miguel del Milagro El estado de Tlaxcala, en México, se encuentra en un amplio valle desde el que se contemplan lejanos volcanes activos. Empinadas colinas se elevan sobre las fértiles tierras de cultivo, donde huertos, maizales y ranchos ganaderos cubren el paisaje... |
|
Sandy y la Virgen Milagrosa Nueva York, madrugada del 31 de octubre de 2012. Ayer fue quizá uno de los días más tristes para la gran metrópoli norteamericana, después del trágico episodio de las Torres Gemelas en el 2001. El huracán Sandy, a su paso por la Costa Este de los Estados Unidos, ha sembrado muerte y destrucción... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino