Verdades Olvidadas Dios no manda nada imposible

El monte Sinaí en Egipto, donde Dios entregó a Moisés las tablas con los diez mandamientos

Si los diez mandamientos son obligatorios para todos, no son imposibles para nadie. Está en nuestras facultades el observar aun los más difíciles, mediante los auxilios de la gracia que Dios nos ofrece, y que nunca niega a los que humildemente se la piden. Dios no manda nada imposible; pero como dice el Concilio de Trento (sesión 6), al mandar, cuida de que se le pueda obedecer, y en el caso de que no se pueda, ayuda para que se pueda.

Hay más, no solamente los mandamientos no son imposibles con ayuda de la gracia, sino que tampoco son difíciles; sobre todo cuando se observan desde la juventud y con espíritu de amor: “El amor de Dios consiste en observar sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos” (I Jn 5, 3).

Lo que debe inducirnos a guardar esta ley santa, es de una parte, la voluntad de Dios, y de otra, nuestra propia felicidad: porque Dios, para sancionar su ley, ha querido que nuestra felicidad dependiese absolutamente de nuestra fidelidad en observarla.

En efecto, el legislador supremo promete recompensa eterna a los que guardan sus mandamientos; y amenaza con castigo eterno a los transgresores.

Él quiso que su ley santa fuese para los hombres un principio de verdadera felicidad desde este mundo, según estas palabras: “La justicia levanta a los pueblos, lo que hace a las naciones desgraciadas, es el pecado” (Prov 14, 34).

El decálogo es el desarrollo de la gran ley de la caridad, que comprende, como Jesucristo lo ha enseñado expresamente, dos preceptos generales: el amor de Dios y el del prójimo: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, y al prójimo como a ti mismo.

En razón de este doble precepto fundamental, grabó Dios el decálogo sobre dos tablas de piedra, de las cuales la primera contenía los deberes para con Dios, y la segunda, los deberes para con nosotros mismos y para con el prójimo.

Todos los mandamientos, sea cualquiera la forma en que se enuncien, son a la vez preceptivos y prohibitivos, es decir, que cada mandamiento encierra un precepto y una prohibición, un deber particular que se prescribe, y un pecado particular que se prohíbe.

F. X. Schouppe SJ, Curso abreviado de Religión, Librería de la viuda de Ch. Bouret, París-México, 1906, p. 359-601.

Palabras del Director San Elías, el profeta de fuego
San Elías, el profeta de fuego
Palabras del Director



Tesoros de la Fe N°271 julio 2024


Espada de fuego del Señor Dios de los Ejércitos
Palabras del Director Dios no manda nada imposible San Elías, el profeta de fuego El martirio de las dieciséis carmelitas de Compiègne ¿En qué casos se puede recibir la absolución general sacramental? Elegancia y destreza venciendo a la fuerza y la materia Regreso del perdón de Santa Ana de Fouesnant a Concarneau



 Artículos relacionados
La Virgen de la Ternura En esta foto del ícono de Nuestra Señora de Vladimir –de auténtico estilo bizantino– la Virgen Santísima Santísima se presenta en una actitud de alma plenamente vuelta hacia lo interior, en queElla toma consciencia profunda del estado de espíritu de sumo afecto, suma protección y, al mismo tiempo, de tristeza; pero de tristeza en un estado de deleite de ser Ella misma...

Leer artículo

Las parábolas de Jesús Las parábolas son ejemplos, o símiles, tomados de lo que generalmente acontece entre los hombres. Se usaba mucho en la antigüedad, especialmente entre los judíos; y el Salvador se sirvió con frecuencia de ellas para explicar las verdades de la fe...

Leer artículo

Después del Juicio Final, ¿ya no existirá el Purgatorio? Según la enseñanza de la Iglesia Católica, el Purgatorio existe para la purificación de las almas que mueren en estado de gracia, pero que todavía necesitan ser purificadas de la escoria de los pecados pasados y pagar la pena temporal debida por ellos...

Leer artículo

Capítulo 9: El gran milagro El milagro que ocurrió en Cova da Iria el 13 de octubre de 1917, cuando el sol “bailó” en el cielo —para usar la expresión de un periódico de la época—, fue un acontecimiento extraordinario de proporciones bíblicas comparable al de Josué deteniendo el sol o Moisés dividiendo las aguas del Mar Rojo para que los judíos pudieran cruzarlo con los pies secos...

Leer artículo

Los ángeles arcabuceros En su expresión más exacta, el ángel arcabucero se asemeja a un gentilhombre según el estilo de los guerreros en parte de los siglos XVII y XVIII, especialmente durante la época de Luis XIV, rey de Francia...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino