Plinio Corrêa de Oliveira Vista del Castillo de Windsor desde el noroeste. La primera impresión es de un escenario para un cuento de hadas. La inmensidad del edificio, la maravillosa variedad de sus partes, la delicadeza y la fuerza que se afirman en todas ellas, todo, en fin, sugiere la sensación de que se está en presencia de algo que supera en mucho la realidad cotidiana. Este solar, este fantástico conjunto de edificios es al mismo tiempo, símbolo y relicario de una institución: la realeza británica.
En este símbolo —como en tantos otros de la Inglaterra tradicional— las apariencias aún no traen la marca del protestantismo, del liberalismo y del socialismo. Lo que en aquellas formas de granito se expresa es aún el concepto medieval y católico del origen divino del poder público, de la verdadera majestad que debe rodear a cualquier régimen político y del cuño paternal que lo debe caracterizar. Cuño paternal, dijimos. Este castillo no pretende exhibir masa, sino talento; no fue hecho para intimidar, sino para encantar; el súbdito que lo contempla no se estremece frente a él, no tiene deseos de huir, sino de entrar. Esto por una simple razón: el rey es un padre que llama afablemente a sí a sus súbditos, y no un verdugo que amedrenta. * * * Las relaciones entre grandes y pequeños son influenciadas por este ambiente. La nobleza del señor se transmite a su servidor. La inmensa cocina de Windsor, muy auténticamente cocina, es indiscutiblemente una alta, noble y digna cocina de castillo, que comunica algo de la dignidad real a la humilde actividad servil, y le da un esplendor como que regio. Porque en la civilización cristiana la grandeza del señor no humilla al servidor, sino lo eleva.
|
La Anunciación |
|
“Todo se refleja en los ojos: cólera, miedo, afecto o alegría” La frente amplia, los trazos acentuados y vigorosos, indican inteligencia y pujanza de personalidad. Pero todo cuanto estos trazos puedan significar está resumido, condensado, y llevado a la su más alta potencia de expresión en los ojos... |
|
“Jerusalén, Jerusalén…” Una concepción antiigualitaria del universo nos muestra como éste es una verdadera corte llena de nobles desiguales: unos son más nobles porque tienen más nobleza en su ser y otros son menos nobles... |
|
Mittenwald Producción artesanal o artística, y ambiente En este cuadro, que es el de la aldea de Mittenwald, en Baviera, se ejerce una actividad artesanal que exige todo un ambiente de armonía, y a su vez es una fuente de armonía: los habitantes producen violines famosos en el mundo entero.... |
|
La ciudad medieval y la ciudad moderna La ciudad moderna es de contornos imprecisos, irregulares, es como un tumor que se va extendiendo de aquí para allá, de tal manera que en una cierta dirección ella creció mucho, y en otra existen aún parques que llegan casi hasta su centro... |
|
Peregrinando dentro de un vitral Imaginemos un vitral en forma circular, o sea, un rosetón. Un mundo de colores diferentes. Dentro del conjunto de colores, se podría hacer un paseo: ora “entrar” en el cielo color de añil, ora en el dorado absoluto... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino