Reflejos de la civilización cristiana Plinio Corrêa de Oliveira Atrae la atención en el cuadro que figura a la derecha la cobertura en lo alto de la cama, así como el hecho de que la misma esté colocada de tal manera que se asemeja a una especie de altar.
Esto porque la cama reposa sobre un pequeño estrado y está coronada por un baldaquino. El baldaquino es un mueble compuesto de cuatro columnas altas, con un techo de tejido con amplias cortinas que caen hasta el suelo. ¿Cuál es la razón práctica de la existencia de este tipo de cama? En grandes casas, en los siglos pasados, la chimenea muchas veces quedaba distante de la habitación. Entonces, para proteger a las personas del frío, se corría una cortina alrededor del lecho. Y así, al abrirse ligeramente el cortinado, se renovaba el aire. El cortinado se destinaba también a proteger a la persona contra la luz de la chimenea, durante la noche, y contra la luz del día, por la mañana. Para resaltar la dignidad, la nobleza, la importancia de la persona que habita en ese ambiente, había en la cama un dosel, que era un armazón de madera, generalmente forrado en seda. Como el armazón estaba trabajado con distinción e imponencia, era muy frecuente en aquella época que las damas, recostadas en la cama, recibiesen visitas que se sentaban en círculo para conversar con la anfitriona. Era un modo de recibir visitas, de tal manera la cama era ornamental. Tenemos ahí el mobiliario del cuarto de una persona de mayor distinción. * * * Sería conveniente considerar una objeción que algunos podrían hacer a esa costumbre: “Fue analizado el interior de una casa, de una persona de alta posición. No es el interior de la casa de un cualquiera, sino de un palacio. Sería interesante saber cómo vivían las personas del pueblo en esa época, por ejemplo, un trabajador manual”. Es una pregunta que tiene cabida, porque una civilización no se manifiesta apenas en las condiciones de vida de los que están en lo alto de la pirámide social, sino en las de todas las clases sociales.
Es comprensible, pues, analizar los muebles e interiores de una casa de campesinos de esa época, que trabajaban la tierra con sus manos, de todas las regiones de Europa. Por ejemplo, de la Bretaña, del Tirol, del valle del Po, de los pueblos de España, de Portugal, etc. Es lo que nos expone la segunda ilustración (a la izquierda). Encontraremos entonces un arte popular encantador de europeos de condición obrera. En las largas noches de invierno, en que las personas en las aldeas de aquel tiempo se quedaban en casa junto a la chimenea, frecuentemente se dedicaban a elaborar piezas y muebles de madera: camas, sillas, armarios, etc. Muchas de estas viviendas campesinas de la época medieval o del Ancien Régime son casas encantadoras que aún hoy se conservan. Y existe en Europa un verdadero turismo especializado en visitarlas. Naturalmente no son ambientes que contienen objetos ricos. Pero el arte popular muestra precisamente la dignidad de la condición de clases modestas, cómo ellas pueden y deben amar para sí lo bello y la vida decorosa. Porque el miembro de esas clases es también totalmente hijo de Dios. Y como hijo de Dios, es un príncipe en el orden en la Creación. Así, es razonable que se rodee también de un proporcionado ambiente de belleza. Naturalmente al marxismo no le gusta que se resalte eso. El comunismo es mentira, y lo que estoy exponiendo aquí es la realidad histórica. Sus falsedades revolucionarias y el odio que el marxismo profesa contra ese orden no conjugan con la realidad histórica, y, naturalmente, no la anulan.
|
Nuestra Señora de Kibeho Las apariciones, el aviso y el castigo |
¿Tienen los símbolos, la pompa y la riqueza una función en la vida humana? Quiso la Providencia que hubiese en la naturaleza materiales bellos y preciosos con los cuales el ingenio humano, rectamente movido por un anhelo de belleza y perfección, produzca las joyas, los terciopelos, las sedas, todo aquello en fin que sirva para el ornato... | |
Cuando los hombres y las cosas del comercio vivían en la placidez La superexcitación de los ambientes corresponde a la de los hombres, como el efecto a su causa. Todos conocemos ese tipo de businessman que mastica chicle, quizá se muerde las uñas, golpea con los pies en el suelo, es hipertenso, cardíaco, neurótico... | |
Dos modos de ver la vida del campo Seis de la tarde. La faena diaria se ha terminado. La noble tranquilidad de la atmósfera envuelve la inmensidad de los campos, invitando al reposo y al recogimiento. Un crepúsculo color de oro transfigura la naturaleza, haciendo brillar en todas las cosas un reflejo lejano y suave de la inexpresable majestad de Dios... | |
El Príncipe de la Paz El mundo católico, y con él, todos los pueblos de la tierra se vuelven el día 25 de diciembre hacia el pesebre de Belén, a fin de adorar, lleno de fe, al Niño que ahí reposa, o admirar un acontecimiento cuya explicación se busca en vano en las leyes que rigen los acontecimientos humanos…... | |
La impregnación de las alegrías de la Navidad La fiesta de la Santa Navidad tiene el privilegio —al menos es la impresión personal que tengo— de interrumpir el tiempo. Una persona puede estar en la peor situación aflictiva; al llegar la Navidad, se abre como que un paredón y las desgracias quedan del otro lado. ¡Repican las campanas, la Navidad comenzó! ¡Cristo nació: alegría para todos los hombres!... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino