Vidas de Santos San Simplicio

Papa del año 468 al 483

En una época tremendamente convulsionada de la historia, este Papa asistió a la caída del Imperio Romano de Occidente, combatió con tenacidad la herejía monofisita y las tendencias separatistas de los patriarcas de Oriente, defendiendo celosamente la supremacía de la Iglesia en difíciles circunstancias

Plinio María Solimeo

Según el Liber Pontificalis —Libro de los Pontífices, que contiene las biografías de los Papas, desde san Pedro hasta Esteban V, en el siglo XV—, Simplicio era hijo de Castino, ciudadano de Tívoli, en la provincia de Roma, región del Lacio, nacido en dicha ciudad en un año incierto.

Formaba parte del clero de Roma y desempeñaba un importante papel en los servicios sociales y pastorales de la Iglesia. Conoció a san León Magno (Papa de 440 a 461), quien fue sucedido por el Papa san Hilario (461-468), en cuyo pontificado de seis años luchó por los derechos de la Iglesia en el Primer Concilio de Éfeso, el cual estableció que para ser sacerdote había que poseer una profunda cultura, y que los pontífices y obispos no podían nombrar a sus sucesores.1

El año 468, a la muerte de este santo pontífice, Simplicio fue elegido para sucederle.

Fin del Imperio Romano de Occidente

San Simplicio vivió en una época turbulenta de la historia. Muy brevemente, el gran emperador Teodosio I había dividido su inmenso imperio entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio, quedándose el primero con Oriente y el segundo con Occidente. Honorio gobernó hasta 423 y fue sucedido por Valentiniano III, que reinó hasta 455 y al que le sucedió Petronio Máximo.

Saqueo de Roma por los bárbaros en 455, Karl Bruillov, s. XIX – Óleo sobre lienzo, Galería Tretyakovy, Moscú

Apenas había reinado dos meses y medio cuando Genserico, rey de los vándalos y de los alanos de 428 a 447, al considerar roto el tratado de paz firmado con Valentiniano, marchó sobre Roma, cuya población se rebeló contra el nuevo emperador y le dio muerte. Atendiendo a las súplicas del Papa san León I, Genserico impidió que sus bárbaros provocaran incendios, torturaran y asesinaran en la ciudad conquistada.

Después del saqueo de Roma y el asesinato de Petronio Máximo, hubo una serie de emperadores con reinados efímeros, hasta la llegada de Flavio Julio Nepote, emperador de 474 a 480.

Fue durante el pontificado de san Simplicio cuando, dirigidos por Odoacro, los hérulos —un pueblo bárbaro de origen germánico— invadieron Italia. Odoacro mató al general romano Orestes y depuso al emperador Rómulo Augústulo, a quien dada su juventud perdonó la vida y le concedió una pensión con la que marchó al exilio.

El 4 de setiembre de 476, durante el reinado de Julio Nepote, Odoacro se autoproclamó rey de Italia.

San Severino de Nórico

Odoacro era arriano, pero no se inmiscuyó en asuntos religiosos, dejando al papa Simplicio todo el poder en esta materia.

Tan pronto como se convirtió en rey, el jefe bárbaro se acordó de san Severino, a quien había conocido antes, y le envió una carta amistosa contándole su éxito.

San Severino nació el año 410 en la ciudad de Roma. De familia noble, era muy refinado y hablaba el latín a la perfección. El Martirologio Romano lo menciona el día 8 de enero: “En la antigua provincia romana de Nórico, en las riberas del Danubio, san Severino, presbítero y monje, que llegado a esta región después de la muerte de Atila, príncipe de los hunos, defendió a los pueblos inermes, aplacó a los violentos, convirtió a los infieles, fundó monasterios e impartió instrucción religiosa a los que la necesitaban (+482)”.

Este santo se había hecho tan popular que un grupo de hérulos, entre los que se encontraba Odoacro, le visitaron para ser bendecidos por él. San Severino se fijó entonces en este joven alto y mal vestido y profetizó que tendría un futuro grandioso.

Odoacro como rey de Roma

Rómulo Augústulo rinde las insignias imperiales romanas a Odoacro en Rávena

Aunque personalmente era un hereje arriano y favorecía a sus correligionarios, Odoacro trató a la verdadera Iglesia con sumo respeto. Por lo demás, conservó la mayor parte de la organización administrativa de Roma, dejando a los romanos la posibilidad de ocupar cargos menores y el libre ejercicio del cristianismo, con lo que mantuvo sustancialmente intacta la estructura organizativa anterior. Esto hizo que el cambio de gobierno no produjera grandes diferencias, también porque el líder bárbaro había dejado la ciudad firmemente en manos del Papa san Simplicio, lo cual aseguró la lealtad de la aristocracia, del Senado y de la Iglesia.

Odoacro reinó por espacio de trece años. En 493, Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos, invadió la península itálica y lo derrotó. En un banquete entre vencedores y vencidos para firmar la paz, Teodorico mató a Odoacro con sus propias manos.2

Contra la herejía del monofisismo…

El papa Simplicio no escatimó esfuerzos para defender el dogma católico y las definiciones del Concilio de Calcedonia, que había condenado la herejía de los monofisitas el año 451.

Como Papa, san Simplicio tuvo que emplear toda su energía en la controversia con la secta monofisita, una herejía suscitada por Dióscoro, patriarca de Alejandría en Egipto, y propagada por el monje Eutiques. Este heresiarca sostenía que las naturalezas humana y divina de Nuestro Señor Jesucristo estaban fundidas en una única y nueva naturaleza (mono). De modo que su naturaleza humana se había “disuelto como una gota de miel en el mar”. Aunque Eutiques fue excomulgado en 448 y el Concilio de Calcedonia reafirmó la verdadera doctrina católica en 451, la doctrina del heresiarca sin embargo no moriría, continuando a dividir el mundo cristiano.

…y la tendencia cesaropapista de los Patriarcas de Bizancio

Cuarto concilio ecuménico de Calcedonia

El santo Pontífice defendió también enérgicamente la independencia de la Iglesia y la autoridad de la Sede Apostólica en materia de fe, contra la tendencia cesaropapista de los patriarcas de Bizancio, según la cual la Iglesia de Constantinopla tendría los mismos privilegios honoríficos de los que gozaba el obispo de Roma. El emperador bizantino León II intentó que san Simplicio confirmara estos privilegios, pero rechazó su petición, lo que también tuvo el efecto de limitar los derechos de los antiguos patriarcados orientales.

La controversia no se detuvo ahí. En 476, el general Basilisco se apoderó del trono bizantino con el apoyo del ejército y de los monofisitas. Erigiéndose en autoridad suprema, este usurpador estableció por edicto que únicamente debían aceptarse los tres primeros sínodos ecuménicos. Rechazando así el Sínodo de Calcedonia y la carta del Papa san León sobre la autoridad de la Iglesia de Roma.

Ahora bien, prácticamente todos los obispos de la arquidiócesis bizantina, por debilidad o por oportunismo, firmaron el edicto. Sin embargo, el obispo de Constantinopla, Acacio, que aún vacilaba y estaba a punto de sumarse al edicto, al ver la firme oposición de la población, influida por monjes genuinamente católicos, se sintió movido a oponerse al emperador y defender la fe amenazada.

Los abades y sacerdotes de Constantinopla se unieron entonces al papa Simplicio, que empleó todos sus esfuerzos para mantener el dogma católico y las definiciones del Concilio de Calcedonia.

Cuando el año 477 Zenón expulsó al usurpador y recuperó el trono, envió al Papa una profesión de fe genuinamente católica. En respuesta, el 9 de octubre del mismo año, tras felicitarle por su restablecimiento en el poder, el santo Papa le exhortó a atribuir su victoria a Dios, que deseaba así restaurar la libertad de la Iglesia.

No obstante, unos siglos más tarde, las tendencias cesaropapistas de los emperadores de Constantinopla les llevarían a un cisma irremediable con la Iglesia, que ha perdurado hasta nuestros días.

San Simplicio extendió su celo pastoral por toda Europa occidental, a pesar de las difíciles circunstancias de la Iglesia. Así, decidiendo sobre asuntos eclesiásticos, nombró al obispo Zenón de Sevilla vicario papal en España, para que las prerrogativas de la Santa Sede pudieran ejercerse en su propio país en beneficio de la administración eclesiástica.

Cuando el obispo Juan de Rávena reclamó en 482 Mutina, actual Módena, como diócesis sufragánea de su sede metropolitana y consagró al obispo Jorge para esa diócesis, el enérgico Pontífice se opuso vigorosamente, salvaguardando los derechos de la Sede Pontificia.

Reformas administrativas

Con el fin de garantizar la celebración regular de los oficios religiosos, la administración del bautismo y la disciplina de la penitencia en las grandes iglesias de las catacumbas fuera de las murallas de la ciudad, concretamente en los templos de San Pedro en el Vaticano, San Pablo en la Via Ostiensis y San Lorenzo en la Via Tiburtina, Simplicio ordenó que su clero se hiciera cargo, según un orden establecido, de las funciones religiosas en dichas iglesias.

Además de su defensa de la auténtica doctrina cristiana, san Simplicio tuvo el mérito de edificar nuevos lugares de culto en la propia Roma, como la basílica de Santo Stefano Rotondo en el monte Celio y la iglesia en honor a Santa Bibiana próxima a la estación Termini, donde estaba su tumba. También se mostró respetuoso de todo arte válido, por ejemplo, al ordenar que se salvaran de la destrucción los mosaicos paganos de la iglesia de San Andrés.3

Según el liturgista carolingio Amalario de Metz, san Simplicio fue el primer Papa que realizó consagraciones en cualquier época del año, y no solo en diciembre, antes de la Navidad.

Muerte y sepultura

Izquierda: Entrada a la Basílica de San Stefano Rotondo en el Celio, Ettore Roesler Franz, c. 1880 – Acuarela, Museo di Roma in Trastevere. Derecha: Vista actual de la basílica levantada originalmente por el Papa san Simplicio.

Este Papa, muy querido por el pueblo católico, respetado y temido por los herejes, murió el 10 de marzo de 483 y fue enterrado en la basílica de San Pedro del Vaticano, según el Liber Pontificalis. Sin embargo, los historiadores afirman que esta fecha debe leerse probablemente como 2 de marzo, día en que se le conmemora actualmente.

El Martirologio Romano Monástico dice de él en ese día: “En Roma, en el año del Señor de 488, los funerales del bienaventurado Simplicio, Papa. Testigo de la caída del Imperio Romano de Occidente, defendió con valentía la causa de la Iglesia e hizo prevalecer la doctrina del Concilio de Calcedonia sobre Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre”.

 

Notas.-

1. https://es.wikipedia.org/wiki/Hilario.
2. https://es.wikipedia.org/wiki/Odoacro.
3. https://www.chiesadimilano.it/almanacco/santo-del-giorno/sdg-anno-a-2019-2020/san-simplicio-papa-299946.html.

Otras fuentes consultadas:

* J. P. Kirsch, Pope St. Simplicius, in The Catholic Encyclopedia, www.newAdvent.org.
* San Simplicio Papa, in https://www.santiebeati.it/dettaglio/43650.san.simplicio.papa.
* https://en.wikipedia.org/wiki/Pope_Simplicius.
* https://www.paulus.com.br/portal/santo/sao-simplicio-papa/.

Un solo corazón y una sola alma Si la Iglesia dejara de ser “universal”, ¿podría seguir llamándose “católica”?
Si la Iglesia dejara de ser “universal”, ¿podría seguir llamándose “católica”?
Un solo corazón y una sola alma



Tesoros de la Fe N°279 marzo 2025


Descendiente de la Casa Real de David
Anima Christi, sanctifica nos Palabras del Director Nº 279 – Marzo de 2025 San José, Patrono de la Iglesia Breve historia del blue jean El Anuncio a san José Un solo corazón y una sola alma San Simplicio Si la Iglesia dejara de ser “universal”, ¿podría seguir llamándose “católica”? Paz de alma en el Calvario Milagro del testigo resucitado



 Artículos relacionados
Satanismo social Más de la mitad de los jóvenes confiesa que tiene curiosidad por el satanismo; un joven de cada tres declara sentirse atraído; el 10% dice que si Satanás le asegurase la felicidad no tendría dificultad para seguirle. Signo éste de infelicidad y del sufrimiento que hay en el mundo actual...

Leer artículo

Los sacrificios de las almas justas aplacan la ira de Dios En las sorprendentes manifestaciones de la Divina Misericordia a santa Faustina, Dios no se limitó a mostrarle la cólera divina que se cierne sobre el mundo actual...

Leer artículo

Las comidas frente a una pantalla nos llevan de vuelta a la prehistoria La reunión alrededor “del fuego, de la olla y de la mesa común, que ha contribuido a unir a los humanos durante al menos 150.000 años, podría desaparecer”, según el historiador anglo-español Felipe Fernández-Armesto...

Leer artículo

Las apariciones del Ángel de la Paz apremiante llamado a la seriedad Antes de las apariciones de la Santísima Virgen en 1917, Lucía, Francisco y Jacinta (Lucía Rosa de Jesús dos Santos, y sus primos Francisco y Jacinta Marto, todos residentes en la aldea de Aljustrel, parroquia de Fátima) tuvieron tres visiones del Ángel de Portugal, o de la Paz...

Leer artículo

El precursor: San Juan Bautista CUANDO EL ÁNGEL anunció a María la sublime dignidad de ser la Madre de Dios, le dijo también que su prima Isabel daría a luz a un niño, destinado por Dios, para preparar a las gentes a recibir al Mesías...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×