¿Por qué llora Nuestra Señora? Plata de desecho

"Fátima es un hito nuevo en la propia Historia de la Iglesia. Fátima es, quiéranlo o no, la verdadera aurora de los tiempos nuevos cuyos albores no despertaron en los campos de batalla, ni en los folios de papel de tantos escritores, sino en el momento en que la Santísima Virgen bajó a la tierra y comunicó a los tres pastorcitos las lecciones severas sobre el crepúsculo de nuestros días, y las palabras esperanzadoras sobre los días de bonanza que la misericordia divina prepara para la humanidad cuando finalmente se arrepienta” (Plinio Corrêa de Oliveira, “Legionario”, 8-4-1945).

¡Ese “crepúsculo de nuestros días” hace llorar a la Santísima Virgen!

Entre los múltiples textos de la Sagrada Escritura que pueden ayudarnos a tener ese arrepentimiento auténtico, que consuele a Nuestra Señora y apresure “los días de bonanza”, escogimos uno del profeta Jeremías. Al trascribirlo a continuación, no pretendemos hacer una aplicación exegética al mundo contemporáneo, lo cual queda reservado a los doctos en la materia; lo ofrecemos apenas como tema de meditación.

*     *     *

“¿A quién hablar, a quién advertir para que escuchen? Sus oídos están incircuncisos, no pueden prestar atención; la palabra del Señor se ha convertido en un oprobio para ellos, ¡no la quieren!

El Profeta Jeremías


Yo estoy lleno del furor del Señor: estoy cansado de reprimirlo. Derrámalo sobre el niño en la calle y sobre los grupos de los jóvenes, porque serán apresados el hombre y la mujer, el anciano y el que está cargado de años.

Sus casas pasarán a manos de otros, lo mismo que los campos y las mujeres, porque yo extenderé mi mano contra los habitantes del país —oráculo del Señor.

Porque del más pequeño al más grande, todos están ávidos de ganancias, y desde el profeta hasta el sacerdote, no hacen otra cosa que engañar.

Ellos curan a la ligera el quebranto de mi pueblo, diciendo: «¡Paz, paz!», pero no hay paz.

¿Se avergüenzan de la abominación que cometieron? ¡No, no sienten la menor vergüenza, no saben lo que es sonrojarse! Por eso, ellos caerán con los que caen, sucumbirán cuando tengan que dar cuenta, dice el Señor.

Así habla el Señor: Deténgase sobre los caminos y miren, pregunten a los senderos antiguos dónde está el buen camino, y vayan por él: así encontrarán tranquilidad para sus almas. Pero ellos dijeron: «¡No iremos!»

Yo suscité para ustedes centinelas: «Presten atención al toque de la trompeta». Pero ellos dijeron: «¡No prestaremos atención!»

Por eso, ¡escuchen, naciones, y tú, asamblea, ten presente lo que les espera!

Escucha, tierra: Yo atraigo sobre este pueblo una desgracia, fruto de sus propios designios, porque no han atendido a mis palabras y han despreciado mi Ley. […]

Yo no acepto los holocaustos de ustedes y sus sacrificios no me agradan.

Por eso, así habla el Señor: Yo pongo obstáculos delante de este pueblo y tropezarán contra ellos; padres e hijos, vecinos y amigos perecerán todos juntos. […]

¡Cíñete un cilicio, hija de mi pueblo, y revuélcate en la ceniza, llora como por un hijo único, entona un lamento lleno de amargura! Porque en un instante llega sobre nosotros el devastador.

Yo te constituí examinador de mi pueblo, para que conozcas y examines su conducta.

Son todos rebeldes, calumniadores: bronce o hierro, todos están pervertidos.

El fuelle resopla, el plomo se derrite por el fuego. Pero en vano se depura una y otra vez, no se desprenden las escorias.

«Plata de desecho», así se los llama porque el Señor los ha desechado (Jer. 6,10-30).     



Principio y fundamento: ¿Para qué ha sido creado el hombre? Alimentos preparados con esmero, una receta para la caridad
Alimentos preparados con esmero, una receta para la caridad
Principio y fundamento: ¿Para qué ha sido creado el hombre?



Tesoros de la Fe N°107 noviembre 2010


Todos los Santos
Nº 107 - Noviembre 2010 - Año IX Principio y fundamento: ¿Para qué ha sido creado el hombre? Plata de desecho Alimentos preparados con esmero, una receta para la caridad Nuestra Señora de la Almudena Una, santa, católica y apostólica Todos los Santos La inocencia bautismal ¿Ídolo o imagen?



 Artículos relacionados
El encanto del espíritu veneciano Esta Venecia del siglo XVIII tiene algo que recuerda remotamente la dignidad y la distinción propias del Antiguo Régimen. En la gente se refleja también la frivolidad social de aquella época...

Leer artículo

El hombre fue hecho para el cielo y no para esta tierra En verdad, dos cosas hay que resaltan hoy día en medio de la extrema perversidad de las costumbres: un infinito deseo de riquezas y una insaciable sed de placeres. De aquí, como de su fuente principal, dimanan la mancha y el baldón de este siglo, a saber, que mientras éste progresa constantemente en todo lo que entraña comodidad y bienestar para la vida, parece sin embargo retroceder miserablemente a las vergonzosas lacras de la antigüedad pagana en lo que es de mayor monta, es decir, en el deber de llevar una vida justa y honrada...

Leer artículo

La “yihad” islámica en una escuelita italiana El 14 de mayo pasado, en la ciudad de Terni, 100 km al norte de Roma, un niño musulmán de doce años de edad golpeó una y otra vez a una compañera de clase en el pecho, por llevar un crucifijo al cuello...

Leer artículo

Azotado, coronado de espinas y condenado a muerte Entregado Jesús a los soldados, fue despojado de sus vestidos; y tanto lo azotaron que el cuerpo quedó hecho una sola llaga, como anunció Isaías...

Leer artículo

850 años de Notre Dame, la Reina de las Catedrales Se restauran las campanas destruidas por la Revolución Francesa. París acoge con alegría, encanto y veneración las nuevas campanas de su catedral gótica...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×