Ambientes Costumbres Civilizaciones La tradición cristiana y la fermentación revolucionaria en la expresión fisonómica


Plinio Corrêa de Oliveira



No se puede considerar la figura de nuestro primer cuadro sin sentir un profundo respeto. Se trata de una madre de familia, con todo el aspecto de quien transcurre su existencia en el ambiente digno y santo del hogar. La dedicación a los suyos, la templanza, un frescor de alma que le permite saborear las castas alegrías de la vida doméstica, y participar sin tedio ni pereza de los trabajos inherentes a esta: todo en fin, en esta humilde hilandera de Cerdeña, infunde acatamiento sincero y simpatía cordial.



Quien la considera percibe, además, que ella tiene el hábito de vivir rodeada del respeto general, y que a pesar de su maternal dulzura tiene conciencia de su dignidad para imponerse a quien le quisiera faltar al respeto y consideración debida.

Sin embargo, ella está contenta con su estado: no quiere ser, ni parecer culta, noble o rica. Es que, aunque aceptando la jerarquía social, está consciente de que tiene la dignidad esencial de criatura humana, de hija de Dios redimida por Nuestro Señor Jesucristo. Y con esto se satisface sabiamente, según la condición en que la Providencia la hizo nacer.

* * *


En el Museo de Bellas Artes de Lyon se conserva este cuadro de Jacques-Louis David (1748-1825): una “maraîchère”, es decir, una cultivadora de legumbres en tierras anegadizas. Es el tipo clásico de las perversas mujeres que actuaron en la Revolución Francesa.

Mientras la hilandera es toda afecto, dignidad, templanza y paz, esta hombruna es toda odio, revuelta, destemplanza y agitación. Su ambiente normal no es el hogar, sino la calle. Su mirada parece crepitante de llamas interiores, sus labios llenos de amargura acaban de proferir una injuria. Y otra ya va aflorando en ellos. No se diría que sus brazos fueron hechos para arrullar niños, sino para blandir algún sable viejo o la pata de una silla rota en las refriegas.

Dos mujeres que crean alrededor suyo ambientes diferentes, practican costumbres opuestas, representan dos civilizaciones irreconciliables entre sí: la civilización cristiana y la civilización revolucionaria neopagana…  en la medida en que esta pueda ser llamada civilización.

* * *

 La criatura humana es lo que existe de más típico en materia de “Ambientes, costumbres, civilizaciones”. Sin embargo, es a veces más difícil interpretar el significado de una fisonomía que el de un mueble o un edificio. 

Tatuajes, graffiti y adornos femeninos Palabras del director Nº 124 - Abril 2012 - Año XI
Palabras del director Nº 124 - Abril 2012 - Año XI
Tatuajes, graffiti y adornos femeninos



Tesoros de la Fe N°124 abril 2012


Resurrexit! Sicut dixit, alleluia
Nº 124 - Abril 2012 - Año XI Todos somos un poco ateos ¿Una nueva ofensiva iconoclasta? Reflexiones para la Pascua Nuestra Señora de la Esperanza de Pontmain Consideraciones sobre el Padrenuestro – VI San Hermenegildo Tatuajes, graffiti y adornos femeninos La tradición cristiana y la fermentación revolucionaria en la expresión fisonómica



 Artículos relacionados
Mittenwald Producción artesanal o artística, y ambiente En este cuadro, que es el de la aldea de Mittenwald, en Baviera, se ejerce una actividad artesanal que exige todo un ambiente de armonía, y a su vez es una fuente de armonía: los habitantes producen violines famosos en el mundo entero.­...

Leer artículo

La impregnación de las alegrías de la Navidad La fiesta de la Santa Navidad tiene el privilegio —al menos es la impresión personal que tengo— de interrumpir el tiempo. Una persona puede estar en la peor situación aflictiva; al llegar la Navidad, se abre como que un paredón y las desgracias quedan del otro lado. ¡Repican las campanas, la Navidad comenzó! ¡Cristo nació: alegría para todos los hombres!...

Leer artículo

Desprecio pagano por la anciana que reza En nuestra época, toda impregnada de modernismo, de progresismo, de evolucionismo, es dura la condición de los ancianos. Hablamos aquí de los ancianos sin “maquillaje”, que no se avergüenzan de mostrar sus arrugas y sus cabellos blancos, que no esconden ni su edad,...

Leer artículo

La grandeza del rey dignifica al cocinero Vista del Castillo de Windsor desde el noroeste. La primera impresión es de un escenario para un cuento de hadas. La inmensidad del edificio, la delicadeza, todo, en fin, sugiere la sensación de que se está en presencia de algo que supera la realidad cotidiana...

Leer artículo

Casas para el alma, y no sólo para el cuerpo Se diría que el talento y el lujo lucen en esta penumbra de simplicidad, como la luz brilla con mil diversas tonalidades en la meditativa y recogida oscuridad de la sala. Es la belleza específica de un ambiente pequeño burgués…...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×